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«En España, el nivel de atención a las metabolopatías es elevado»

Isidro Vitoria Miñana / Jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe (Valencia)

Isidro Vitoria Miñana / Jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe (Valencia)
Isidro Vitoria Miñana / Jefe de la Unidad de Nutrición y Metabolopatías del Hospital La Fe (Valencia)larazon

- Las enfermedades metabólicas hereditarias, en concreto aquellas por déficit enzimático del metabolismo intermediario, ¿en qué consisten?

-Los errores innatos del metabolismo, también conocidas como enfermedades hereditarias del metabolismo, pueden ser de dos tipos: por déficit enzimático del metabolismo intermediario y de depósito o enfermedades lisosomales. Algunas de stas últimas se corrigen con terapia farmacológica frente a las primeras, cuyo tratamiento es fundamentalmente dietético. En las lisosomales, lo que se acumulan son sustancias complejas en distintas partes del organismo. En las de déficit enzimático del metabolismo intermediario, no hay acúmulos de sustancias como tales, sino que la falta de una enzima necesaria para que se produzca una reacción química provoca el déficit de una sustancia (reactivo de la reacción química) y el exceso de otra sustancia (el producto de la reacción química).

-¿Podría poner un ejemplo?

-Sí, la fenilcetonuria. En este caso hay ausencia de una enzima denominada la fenilalanina hidroxilasa de fenilalanina a tirosina. ¿Qué consecuencias habrá? Falta de tirosina, que es necesaria para sintetizar neurotransmisores; y por otra parte, exceso de fenilalanina, que acaba formando moléculas tóxicas para el sistema nervioso central.

-¿Afecta por igual en todas la etapas de la vida?

-Algo común en las enfermedades hereditarias del metabolismo es que el trastorno enzimático puede ser total o parcial; por eso, si el déficit es total o casi total dará síntomas desde las primeras etapas de la vida, mientras que si el déficit es parcial se pondrá de manifiesto en el adolescente o incluso en el adulto.

-¿Cuáles son las cifras que representan estas patologías en nuestro país?

-De estas enfermedades hay descritas más de 500 y en conjunto pueden llegar a una incidencia de un caso entre mil personas. Una de las más frecuentes es la fenilcetonuria, que en España suponen más de 700 casos, según publicaciones.

-¿Cómo se detecta la fenilcetonuria?

-Esta enfermedad está incluida en el cribados neonatal desde los años 70, conocida también como la prueba del talón. Así el diagnóstico precoz de la fenilcetonuria permite que un tratamiento dietético precoz, y a veces también farmacológico, ayuda que esas personas crezcan y se desarrollen con normalidad. Pero si la detección es tardía, puede provocar autismo, convulsiones y retraso neurológico grave.

-En nuestro país, ¿hoy día es complicado que alguien se escape a los cribados neonatales de esta enfermedad?

-Prácticamente el 100% de los niños nacido aquí son cribados. No podemos decir lo mismo en algunos países del Este de Europa o Sudamérica.

-Si no hay un diagnóstico temprano, ¿cuáles son los signos de sospecha?

-Depende, ya que hemos dicho antes que son enfermedades del metabolismo intermediario, es decir, de los tres principios inmediatos: proteínas, hidratos de carbono y lípidos; hay enfermedades de cada una de ellas. Por ejemplo, en el caso de las proteínas, se dan los trastornos del ciclo de la urea, que cursan con vómitos y somnolencia, por el amonio alto que tienen; en el caso de la tirosinemia, suelen consultar por un fallo hepático agudo; en cuanto a los hidratos de carbono, el caso más fácil y más popular es la galactosemia, es la única contraindicación metabólica a la lactancia materna, llegan con cataratas, fallo hepático e hipoglucemia; por último, en los lípidos, los trastornos de beta oxidación de las grasas, con hipoglucemias, problemas hepáticos, cardiovasculares y musculares, sobre todo.

-Una vez conocido el trastorno, ¿cómo se ha de estudiar la familia?

-Resulta muy importante estudiar hasta el final cada caso de error innato del metabolismo pues su base es genética. La mayoría son de herencia autosómica recesiva, es decir, que hay un 25% de probabilidades de que en una nueva gestación –tras una en la que se ha dado a luz un bebé con la patología– se tenga de nuevo un bebé con la misma dolencia. El niño «enfermo» al llegar a la edad adulta también tendrá que someterse a un estudio con su pareja para conocer los niveles de riesgo de su descendencia.

-¿Hay homogeneidad en el cribado neonatal en España?

-No. Hay un mínimo que cumplen todas las autonomías, pero mientras unas criban siete patologías, otras llegan a más de 30; esto provoca una gran desigualdad e inequidad. La verdad es que el Consejo Interterritorial en 2006 ya propuso un grupo de trabajo con representantes de las comunidades para ver cómo resolver esto y cuáles son las nuevas enfermedades que hay que incluir. Hoy, hay grandes diferencias.

-Estamos ante enfermedades que demandan atención multidisciplinar, ¿no?

-Sí, y la verdad es que deberíamos ser un mayor número de pediatras, personal de laboratorio, dietistas y otros especialistas para llevar a cabo un programa de atención tan especializado como el que se requiere. A pesar de estas limitaciones el nivel de atención a la metabolopatías en España es elevado.

-En cuanto al tratamiento, ¿cuáles son las opciones?

-Según el tipo de alteración del metabolismo intermediario el tratamiento será distinto. Por ejemplo, en el caso de los errores innatos del metabolismo de las proteínas, habrá mayor consumo de proteínas de origen vegetal y en ocasiones serán pacientes veganos. Deberán tomar, además unos productos especiales con todos los principios inmediatos pero exentos del aminoácido tóxico (exentos de fenilalanina en la fenilcetonuria o de tirosina en la tirosinemia, por ejemplo).

-¿Qué consecuencias podrían tener el no cumplimiento de la dieta?

-Los niños tienen un alto grado de conciencia sobre el problema, pero estamos ante algo que puede poner en peligro su vida. En los niños con galactosemia, por ejemplo, hay que evitar la lactosa de por vida; o en el caso de errores innatos del metabolismo de las grasas, hay que evitar largos periodos de ayunas. Las consecuencias son desde descompensaciones, que pueden requerir tratamiento intensivo, hasta deterioro neurológico irreversible.

-Estos niños llegan a la edad adulta. ¿Qué retos hay en esta población?

-Si un paciente adulto se diagnostica de pequeño, suele haber menor problema en su manejo pues ha interiorizado su tratamiento desde los primeros años de vida. Pero si el diagnóstico se realiza en la adolescencia o en la época adulta es más difícil cambiar los hábitos. Actualmente en la mayoría de Unidades de Metabolopatías estamos asistiendo a la transición de pacientes a Unidades de Adultos. En este sentido, el establecimiento de protocolos multicéntricos de atención especializada en los EIM, como los de la AECOM o los de la SEEIM de la AEP o los protocolos europeos de medicina basada en la evidencia, son un pilar fundamental.

-¿Cuáles son las principales barreras?

-Las barreras para el tratamiento de los errores innatos del metabolismo son múltiples: económicas, insuficiente investigación, insuficientes ayudas para la formación de profesionales sanitarios especializados en EIM,... Finalmente, quisiera hacer una reflexión: para que estas enfermedades del metabolismo dejen de ser tan raras, debemos de hacerlas visibles.

PERFIL

Este pediatra y bioquímico cuenta con una dilatada trayectoria profesional que le convierte en un prestigioso profesional en el campo de la nutrición y alimentación infantil.

Es autor del libro «Cuidados del bebé. Verdades, mitos y errores», Ed. Medici.

Ejerce la docencia como profesor asociado de Pediatría en la Universitad de Valencia.

Participa activamente en proyectos del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Raras (Ciberer)