Prevención
Hacia el control total del asma
La falta de tiempo y conocimiento para informar sobre el empleo de los inhaladores y la complejidad de su uso lastran la efectividad del tratamiento y la adherencia
La falta de tiempo y conocimiento para informar sobre el empleo de los inhaladores y la complejidad de su uso lastran la efectividad del tratamiento y la adherencia
Se entiende que el asma está bien controlado cuando quién lo padece es capaz de anticiparse a las consecuencias de una crisis evitando así visitas a Urgencias y hospitalizaciones. Porque, aunque se trata de una patología crónica, los asmáticos pueden controlar adecuadamente sus síntomas con los diferentes tratamientos disponibles –la mayoría de ellos en forma de inhaladores– si cumplen bien su tratamiento.
Sin embargo, a la falta de seguimiento de la medicación, fundamental para conseguir el control del que hablábamos, hay que añadirle los problemas a la hora de hacer efectivo el tratamiento. Y es que un porcentaje muy elevado de personas no sabe usar adecuadamente los inhaladores, según se dijo en el encuentro organizado por Philips Ibérica y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), para concienciar a la población acerca de las enfermedades respiratorias y la importancia de la tecnología y la adherencia terapéutica a la hora de hacerlas frente.
«Según los datos de un estudio que hice en mi hospital sobre el uso de estos dispositivos, el 35% de los pacientes no realizaba bien la técnica inhaladora y alrededor del 32% no sabía abrirlo y cargarlo. Y estos eran los que seguían el tratamiento», explicó María Jesús Prunera, enfermera del Hospital Regional de Málaga.
Y es que, como aseguró Carlos Almonacid, neumólogo del Hospital Ramón y Cajal de Madrid «algunos son auténticas obras de ingeniería y son realmente difíciles de usar». La solución para evitar este tipo de problemas con el empleo de los inhaladores pasaría por «desarrollar guías en las que mandemos un mensaje unificado, como que no se debe dar un dispositivo de este tipo sin explicar la técnica», apuntó el experto. En la misma línea se expresó Eva Martínez Morago, coordinadora del Área de Asma de Separ y jefa de Neumología del Hospital Doctor Pesset de Valencia, para quien «es muy importante una buena comunicación con el paciente en este sentido, pero a veces nos falta un poco más de tiempo para hablar con ellos».
Dependiendo de la edad de la persona este tiempo podría ser de entre dos y 20 minutos, señaló Prunera, quien advirtió que un problema añadido es que «a veces es incluso el propio personal sanitario el que no tienen claro cómo se usan». Por eso reclamó una adecuada formación de los profesionales «para que éstos puedan educar al paciente en su tratamiento», entre los que incluyó a los farmacéuticos, «el profesional que dispensa el dispositivo la mayoría de las ocasiones».
A la espera de la creación del «un dispositivo universal», como pedía el doctor Almonacid, estas sería algunas de las opciones propuestas para intentar elevar ese escaso 30% de pacientes asmáticos que se estima están adecuadamente controlados en la actualidad.
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