Salud

«La riqueza y la cultura determinan el estado de salud de un pueblo»

Ignacio Para / Economista
Ignacio Para / Economistalarazon

Su nuevo libro es «Nuestra sociedad en peligro». ¿De verdad lo cree?

-Indudablemente. La caída vertiginosa de la autoestima, el relativismo, el desinterés hacia la paternidad y la familia y el desprecio, cuando no el odio, de parte de la población hacia nuestra cultura, nuestra historia y nuestra identidad nos lleva a los españoles, y a los europeos en general, hacia un proceso autodestructivo, hacia un suicidio colectivo.

-¿Cuáles son los mayores problemas a los que nos enfrentamos?

-El problema de fondo es, como digo, la caída de la autoestima, el relativismo, la falta de identidad y también la dejación del Estado de Derecho, el buenismo ante el delincuente. El egoísmo y la indolencia nos están llevando a una crisis demográfica; una progresiva y constante disminución de la población autóctona que provocará que en 100 años hayamos prácticamente desaparecido. El descenso demográfico provocará a su vez un descenso de nuestra economía, una crisis económica y la posibilidad de compensar esta crisis sólo viene de una inmigración que, en su mayor parte será islámica, atrasada culturalmente y de baja cualificación, lo que no va a ayudar a superar la crisis sino a agravarla.

-¿La sociedad está en este punto porque los ciudadanos quieren?

-La indolencia, el desinterés, la ceguera ante los problemas que se nos avecinan creo que son sentimientos generalizados en España y en Europa. Los políticos sólo ven y sólo se preocupan por el cortoplacismo. Y la gente también. El adocenamiento de la gente, el progresivo sometimiento a cualquier tipo de autoridad con tal de que nos den la vida resuelta es la preferencia de gran parte de la población.

-En el ámbito sanitario, ¿hacia dónde nos dirigimos?

-Si nuestra sociedad está en peligro, nuestra sanidad también lo está, porque la Sanidad se desarrolla en el contexto social en la que vive. Los principales determinantes del estado de salud de un pueblo son su grado de riqueza y de cultura, que van a condicionar a todos los demás. Sin riqueza no puede haber buenos hospitales, ni buenas universidades, ni acceso a la innovación terapéutica y tecnológica sanitaria. Porque con ofertas tales como todo gratis y todas las prestaciones imaginables, aunque no sean esenciales y a todo el mundo, venga de donde venga, la Sanidad española no es económicamente sostenible, sobre todo cuando se prevé un progresivo aumento en el coste de las pensiones y en la atención sociosanitaria debido al envejecimiento de la población. Si esto no se corrige, la Sanidad pública, con el tiempo, se irá convirtiendo en una sanidad de beneficencia para aquellos que no puedan acceder a la privada.

-Si la sociedad no cambia, ¿se acabará autodestruyendo?

-La falta de identidad entre la población, el vacío espiritual y la ausencia de una ilusión y de un proyecto común que se aprecia en España y en gran parte de Europa son caldo de cultivo para la actuación de extremistas, dogmáticos y talibanes, sean estos islámicos o no, aunque veo a estos últimos con una gran ventaja debido a su fuerza demográfica y su fundamentalismo.

-¿Cómo impedirlo?

-Haciendo frente a lo dicho anteriormente. Estamos enzarzados en cosas que, siendo importantes, no son las determinantes para nuestro futuro como lo son el problema demográfico y el problema cultural. Tenemos una gran civilización en la que se han alcanzado las mayores cotas de desarrollo cultural, de libertad y de bienestar, y no hay que ir contra ella sino perfeccionarla.

A vuela pluma

A VUELA PLUMA

Este experto en política y gestión sanitaria es el presidente de la Fundación Bamberg así como el

vicepresidente de la Organización Española de Hospitales y Servicios de Salud y secretario del Consejo de Gobierno de la Organización Iberoamericana de Prestadores de Servicios de Salud (Oipss).