Salud

La verdad sobre las varices

Un problema para el 60 por ciento de las mujeres

La verdad sobre las varices
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Más del 60 % de las mujeres y el 40% de los hombres acaba sufriendo algún tipo de problema venoso. Lo que muchos desconocen es que el 99% de las varices –incluídas las más gruesas- se pueden tratar y eliminar sin necesidad de pasar por el quirófano. El doctor Agustín Arroyo Bielsa, cirujano vascular de la clínica Dermaline, nos aclara las dudas más frecuentes respecto a las varices.

¿Qué son?

La insuficiencia venosa crónica, más conocida como varices, consiste en una dilatación de las venas, debido a la debilidad en las paredes y disfunción de las válvulas. Las venas se dilatan y dejan de cumplir su misión, la de realizar el retorno sanguíneo al corazón, porque sus válvulas dejan de cerrar correctamente y el flujo se invierte: aparecen edemas, hinchazón, y si el problema es grave, flebitis o úlceras.

¿Qué tipo de varices hay?

En función de su tamaño y de su distribución u origen, podemos hablar de varios tipos:

- Telangiectasias o arañas vasculares.

- Varículas (<1mm).

- Varices Reticulares (1-2 mm).

- Varices colaterales (de más de 2 mm).

- Varices tronculares (de más de 3 mm).

Las tres primeras pueden ser catalogadas como un problema estético, sin embargo, las varices colaterales y tronculares reflejan un trastorno de Insuficiencia Venosa Crónica más severo.

¿Quién las sufre?

Por regla general la mujer es altamente más propensa a sufrir su aparición. Más del 60% de mujeres y el 40% de los hombres acaba sufriendo un problema venoso.

¿Por qué se producen?

Si tuviéramos que hablar de una causa principal, sería la genética: alrededor del 70-80% de las varices tienen su origen en los genes. Además de ésta, “hay una serie de factores de riesgo que ayudan a su aparición. El embarazo es uno de ellos, no sólo por el cambio hormonal que sufre la paciente, sobre todo por el aumento de la presión intrabdominal”, explica el Dr. Arroyo Bielsa.

Otros factores de riesgo son el sobrepeso, el sedentarismo de la sociedad actual, y pasar de pie muchas horas. Por ello, las profesiones como la enseñanza, la hostelería, o la peluquería, tienen un riesgo elevado, porque suelen desarrollarse con mayor facilidad al estar muchas horas de pie.

¿Cómo se manifiestan las varices?

Muchas de ellas son asintomáticas. Los síntomas pueden ir desde pesadez y calambres, a situaciones más molestas con dolor y edema (o hinchazón de tobillos y piernas). La evolución crónica de las varices puede ocasionar el desarrollo de trastornos tróficos cutáneos y la aparición de úlceras, que son muy difíciles de curar. Además de no olvidar el riesgo de sufrir tromboflebitis y sangrado (varicorragia).

¿Qué factores son importantes para prevenir las varices y cuáles agravantes?

*Alimentación: No tiene una influencia especial sobre las varices, salvo por el hecho de que deberíamos evitar el sobrepeso y el estreñimiento. Por lo tanto, sí a la fruta, la verdura, la proteína y la fibra.

*Deporte: Caminar es una actividad muy buena, pero preferentemente con media elástica, que estimula la acción de la bomba muscular gemelar. Si vives al lado del mar o en vacaciones, es muy beneficioso caminar por la playa para ayudar a la acción de la bomba muscular plantar.

*Calzado: Ni muy alto, evidentemente, ni totalmente plano. Algunos estudios aseguran que es preferible emplear un pequeño tacón.

*Calor y gravedad, fuera: Ambos aumentan el calibre de las venas. Por eso es importante evitar lugares de calor intenso y por el contrario es positivo darse baños o duchas de agua fría, que ayudan a evitar la dilatación de las venas; los geles fríos son adecuados, pero suelen tener una acción muy corta. “Y por supuesto, exponerse al sol de forma prolongada está contraindicado, así como permanecer sentado sin cambios posturales (debemos levantarnos y deambular de forma repetida), o estar de pie parado. Es bueno mantener los pies elevados durante el reposo, a ser posible sin doblar mucho la ingle”, añade el experto.

¿Qué tratamientos existen?

En Clínica Dermaline, basándose en una amplia experiencia con todas las técnicas posibles para tratar las varices, se han seleccionado 5 opciones, bien sea como técnicas aisladas, o en muchas ocasiones, combinadas entre sí.

1) Escleroterapia líquida y con Microespuma

Consiste en la inyección de un agente esclerosante (irritante químico) en el interior de la vena, ya sea en forma de líquido o de microespuma, cuya misión, por irritación de la capa interna de la vena, es producir una oclusión de la misma. Está especialmente indicado en telangiectasias y varículas, y requiere que el paciente tenga perspectivas a medio plazo ya que precisará de diversas sesiones. Podemos utilizar también la esclerosis con microespuma para varices más grandes.

2) Flebectomía Ambulatoria

Es un proceso mínimamente invasivo que elimina las venas dilatadas a través de mínimas incisiones y anestesia local en quirófano. Está indicado en varices reticulares grandes y colaterales. Es más agresiva que la microespuma, pero de efectos más rápidos.

3) Cirugía CHIVA

Sus siglas ( Conservación Hemodinámica de la Insuficiencia Venosa Ambulatoria) dan la pista: consiste en preservar la vena safena interna y/o externa y mantenerla con flujo para asegurar el correcto drenaje venoso. Permite eliminar las varices más grandes, pero se practican incisiones, por lo que requiere quirófano y anestesia local.

4) La Endoablación térmica por Radiofrecuencia

Técnica endovascular basada en la introducción dentro de la vena safena de un catéter generador de calor, cuyo objetivo es la desnaturalización y oclusión de la misma. Requiere quirófano y anestesia local más sedación; no hay incisiones pero es necesario disminuir los efectos del calor local. El endoláser tiene la misma filosofía que la radiofrecuencia.

E) La Endoablación mecánico-química con Clarivein

Técnica endovascular que es, sin duda, el método estrella en Dermaline: se basa en la introducción dentro de la vena de un dispositivo que combina la ablación mecánica (un espasmo en la vena) y la ablación química (con líquido); como no genera calor, no precisa anestesia, incisiones ni un quirófano para su realización, pues en ocasiones este puede generar daños colaterales, como daño de tejidos adyacentes o tensión nerviosa.