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Nuevos tratamientos para tumores con alternativas escasas o inexistentes

A pesar del aumento de nuevos casos de cáncer, también se incrementa la supervivencia gracias a nuevas terapias como el primer oral para tres tipos de neoplasias hematológicas

Nuevos tratamientos para tumores con alternativas escasas o inexistentes
Nuevos tratamientos para tumores con alternativas escasas o inexistenteslarazon

La llegada inminente de innovadoras terapias al mercado abre la puerta a la mejora de la supervivencia y la calidad de vida de estos pacientes, a pesar del aumento de los nuevos casos.

Quizás sea una de las palabras más utilizada y que más asusta cuando se habla de salud y de su reverso, la enfermedad. Y no es para menos. Una tercera parte de la población española padecerá cáncer en algún momento de su vida, una enfermedad que va en aumento cada año, de manera que para 2020 la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) espera 246.713 nuevos diagnósticos, un 12,6 por ciento más que en 2012. Son datos que se han dado a conocer esta semana con motivo del Día Mundial del Cáncer, celebrado el pasado 4 de febrero. Pero, afortunadamente, también se incrementarán la supervivencia y la calidad de vida gracias a los avances en oncología, como el primer tratamiento oral para tres tipos de neoplasias hematológicas, que incluso trata a pacientes que no son candidatos a recibir inmunoquimioterapia.

Este aumento de los nuevos casos de tumores está justificado por el incremento de la población, los métodos de detección precoz (cribado) y los hábitos de vida. Pero ahora cobra más relevancia un nuevo aspecto: el envejecimiento de la población española. La relación entre edad y cáncer es un hecho: a medida que la persona envejece, adquiere más riesgo de padecer cáncer. En el año 2015, por primera vez se han registrado más defunciones que nacimientos. En concreto, 250.000 personas han fallecido y sólo han nacido 230.000 personas.

En 2012 fallecieron 102.762 personas (63.579 varones y 39.183 mujeres) y, considerando las estimaciones poblacionales de Naciones Unidas, se calcula que en 2020 117.859 personas fallecerán por cáncer en España (73.424 varones y 44.435 mujeres). De acuerdo con los datos de la Red Española de Registros de Cáncer, el cáncer es ya la segunda causa de muerte después de las enfermedades del aparato circulatorio en la población general española y la primera causa de muerte en varones en España. En 2012, tres de cada diez muertes en varones y dos de cada diez en mujeres fueron a causa del cáncer.

Un porcentaje hereditario

Sólo entre el cinco y el diez por ciento de los diagnósticos de cáncer tiene un componente hereditario. Como explica la doctora Carmen Guillén –coordinadora de Cáncer Hereditario y Consejo Genético de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM)–, aunque el más reconocido suele ser el causado por los genes BRCA1 y BRCA2 (que predispone a desarrollar tumores en mama, útero y ovarios), no es el único. «Junto con el síndrome de Lynch (relacionado con la aparición prematura de cáncer de colon), el BRCA es el más habitual –apunta Guillén–, pero existen también neoplasias endocrinas múltiples, síndromes de alteraciones cutáneas, tumores renales hereditarios, cáncer de páncreas familiar...». Y así hasta 200 enfermedades diferentes.

Cuando un médico sospecha que un caso de cáncer así (por ejemplo, porque se da en una persona muy joven, o porque repite el diagnóstico de un familiar cercano) puede tener carácter hereditario, suele aconsejar el inicio de un estudio genético. Una vez que se sabe si el paciente es o no portador de una mutación, los especialistas aconsejan que difunda esta información entre todos los miembros de su familia, para que los individuos sanos puedan decidir si quieren o no saber si son portadores y tomar decisiones preventivas; por ejemplo, la extirpación de las mamas o el útero, o la tiroides en el caso de algunas neoplasias endocrinas.

Sin embargo, a pesar de estos datos que aumentan con el paso de los años, cabe destacar que el cáncer es una de las enfermedades más evitables que existen: una de cada tres muertes por cáncer son debidas a causas evitables. Las más importantes el tabaco: dejar de fumar prevendría muchos tumores como el de cáncer de cuello y boca o vejiga, entre otros. Por otro lado, el alcoholismo, el sedentarismo y la obesidad son otros tres factores de riesgo importantes en la aparición de tumores. A pesar de esto, la supervivencia de los pacientes con cáncer ha aumentado de forma continua en los últimos años en todos los países europeos, especialmente para el linfoma no Hodgkin y el cáncer de recto.

Tres tumores hematológicos

Los pacientes lo que esperan es su curación, o sino, una mayor supervivencia y mejora de su calidad de vida. Como prueba de tal es un nuevo tratamiento oral –se toman tres cápsulas al día–, Ibrutinib (comercializado por Janssen como Imbruvica), para pacientes de leucemia linfática crónica, de linfoma de células del manto y de macroglobulinemia de Waldenström, que ya hayan recibido tratamiento previo sin resultados positivos o que hayan sufrido una recaída en una de estas tres patologías. Este medicamento, que sustituye a la quimioinmunoterapia, de aprobación rápida y clínicamente relevante, servirá para tratar enfermedades muy graves de pacientes donde el número de alternativas terapéuticas es muy escaso o no existe.

María Dolores Caballero, jefa de sección de Clínica y de trasplante del servicio de Hematología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, habla de las ventajas para los pacientes de linfoma de manto señalando que la administración de ibrutinib «consigue una respuesta en seis semanas». Además, explica que aquellos enfermos «que han recaído y han recibido este tratamiento son los que más se benefician», puesto que tienen una supervivencia más elevada.

Además, «va a suponer un cambio muy notable para los pacientes de macroglobulinemia de Waldesntröm por su eficacia y uso», afirma Ramón García Sanz, adjunto del servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca. Algo que señala también Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), quien agradece la investigación e innovación «porque significa que hay esperanza», añadiendo que este avance «permitirá la normalización de la calidad de vida del paciente, ya que evita estar largas horas en el hospital». García Sanz hace hincapié en que la macroglobulinemia de Waldesntröm «no tenía ningún tratamiento hasta la fecha, se seguía uno derivado de otras enfermedades», por lo que la llegada de este fármaco supone un salto cualitativo para estos pacientes, ya que además «tiene una eficacia muy notable».