Investigación Médica
Una vacuna contra el sida «acorrala» a la infección
Un ensayo clínico de vacuna terapéutica contra el VIH logra por primera vez que cinco personas controlen el virus sin tomar tratamiento antirretroviral
Un ensayo clínico de vacuna terapéutica contra el VIH logra por primera vez que cinco personas controlen el virus sin tomar tratamiento antirretroviral
Esta semana ha traído buenas nuevas contra la infección del sida. Primero llegó un avance en materia de detección precoz de la mano del CSIC: un micro sensor capaz de detectar el virus una semana tras la infección. Al día siguiente un gran paso en materia de tratamiento: un ensayo clínico –dirigido por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, impulsado conjuntamente por la Obra Social «la Caixa» y el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, y la Fundación Lucha contra el Sida– consigue por primera vez que el sistema inmunitario de cinco personas controle el VIH por sí solo durante un periodo de, hasta el momento, 5, 13, 17, 20 y 27 semanas, respectivamente.
Habitualmente, cuando las personas dejan de tomar el tratamiento, el virus rebota a lo largo de las primeras cuatro semanas. Beatriz Mothe, una de las investigadoras del trabajo, manifiesta que es la primera vez que se prueba que con una vacuna terapéutica se consigue mantener la enfermedad latente sin necesitar un tratamiento antirretroviral. «La clave del éxito o de la eficacia reside en tres factores: iniciar el tratamiento antirretroviral lo más precoz posible, lo que permite que la cantidad de virus residual haya sido muy baja; el segundo factor es la vacuna terapéutica que hemos utilizado, que ha conseguido reeducar el sistema inmunológico hacia zonas relevantes para evitar la dispersión de la enfermedad; y, por último, el fármaco conocido como romidepsina, que inactiva el virus en el reservorio viral», apunta Mothe.
En una entrevista a A TU SALUD, Bonaventura Clotet, director de IrsiCaixa y presidente de la Fundación Lucha contra el Sida, explicaba que «el virus engaña mucho al sistema inmunitario y hay que identificar regiones que se denominan subdominantes, pero que son las más constantes en las diferentes variantes virales y esto ayuda a conseguir una buena respuesta con la vacuna». Cuanto más tarde se tarda en aplicar el tratamiento antirretroviral «más tiempo ha estado el virus replicándose y creando más reservorios, lo que dificulta que puedas acabar desarrollando un inmunógeno, un modelo de vacuna que pueda controlar a todas las variantes existentes», subraya Clotet al hilo de la necesidad de empezar cuanto antes los tratamientos, porque sólo en ese momento será útil la vacuna.
Por eso ambos avances, llevados a cabo por equipos españoles, pueden ser perfectamente combinables entre sí, ya que desde el contagio hasta que aparecen los primeros anticuerpos detectables para el VIH en la sangre –la seroconversión– pasan unas cuatro semanas. A partir de ahí comienzan los daños producidos por la enfermedad, como el agotamiento irreversible de los linfocitos CD4 en el intestino, la replicación en el sistema nervioso central y la aparición de reservorios latentes de VIH. Por eso, la detección temprana del sida es crucial para la salud del individuo. Cuanto antes comience la terapia antirretroviral mejor será la respuesta inmunológica y la recuperación del paciente.
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