Estados Unidos
Tratamientos repetidos de antibióticos pueden alterar profundamente el desarrollo de los niños
Un nuevo estudio en animales realizado por investigadores del 'NYU Langone Medical Center', en Estados Unidos, se suma a la creciente evidencia de que múltiples ciclos de antibióticos de uso común pueden tener un impacto significativo en el desarrollo del niño, como se detalla en un artículo que publica en la edición digital de este martes de 'Nature Communications'.
En el estudio, ratones hembras tratadas con dos clases de antibióticos infantiles utilizados ganaron más peso y desarrollan huesos más grandes que las no tratadas. Los antibióticos también interrumpieron el microbioma intestinal, los billones de microbios que habitan en el tracto intestinal. En general, los ratones recibieron tres ciclos cortos de amoxicilina (un antibiótico de amplio espectro), tilosina (que no se utiliza en niños, pero representa otra clase de antibiótico común llamada macrólidos, que es cada vez más popular en pediatría), o una mezcla de ambos fármacos.
Para imitar los efectos del uso de antibióticos pediátricos, los investigadores dieron a los animales la misma dosis terapéutica que reciben los niños en promedio en los dos primeros años de vida. Un grupo de control de ratones no recibió ningún fármaco. El autor principal del estudio, Martin Blaser, profesor de Medicina Traslacional, director del Programa de Microbioma Humano en la Escuela de Medicina de NYU, advierte que el estudio se limitó a los ratones. Aún así, dice que los resultados están de acuerdo con varios otros análisis que apuntan a efectos significativos en los niños expuestos a los antibióticos desde el inicio de su vida y señala que la acumulación de datos podría ayudar a diseñar directrices sobre la duración y el tipo de recetas pediátricas.
"Hemos estado utilizando antibióticos como si no hubiera ningún costo biológico", afirma el doctor Blaser. El niño promedio en Estados Unidos recibe unos diez tratamientos con estos medicamentos a la edad de 10 años. El estudio apoya la investigación anterior del equipo de Blaser, lo que sugiere que la exposición a antibióticos durante una ventana crítica de desarrollo temprano interrumpe el paisaje bacteriano del intestino y permanentemente reprograma el metabolismo del cuerpo, creando una predisposición a la obesidad.
Esta investigación descubrió que terapias cortas de altas dosis de tilosina tuvieron el efecto más pronunciado y duradero en el aumento de peso, mientras que la amoxicilina tuvo el mayor efecto sobre el crecimiento óseo, un requisito previo para una mayor altura. Sobre la base de extensos datos de secuenciación de ADN, el estudio mostró que ambos antibióticos interrumpieron el microbioma intestinal. "Cambiaron la ecología del microbioma en cuanto a la riqueza de los organismos y la diversidad y también lo que llamamos la estructura de la comunidad o la naturaleza de su composición", destaca Blaser. Los fármacos alteran no sólo las especies bacterianas, sino también los números relativos de genes microbianos vinculados a funciones metabólicas específicas.
Este experto compara este amplio cambio con un país en el que la mayoría de los residentes son agricultores que producen alimentos y de repente cambian para convertirse en comerciantes centrados en la tienda. "Vemos un cambio fundamental en la economía de los genes microbianos que están presentes", afirma Blaser, pero insiste en que todas las implicaciones dentro del microbioma aún no están claras.
La tilosina tuvo un impacto mucho más grande en la madurez del microbioma en comparación con la amoxicilina. "También vemos que el efecto es acumulativo --afirma la coautora principal Laura M. Cox, profesora adjunta en el Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de NYU--. Así que el número de tratamientos antibióticos importa. Estamos un poco interrumpiendo el proceso de maduración después de la segunda tanda de antibióticos y luego tenemos aún más interrupción después de tres tratamientos".
Además, el estudio sugiere que los microbiomas expuestos a antibióticos pueden ser menos adaptables a los cambios ambientales. Cuando los investigadores pusieron a las crías de ratones a una dieta alta en grasas en el día 41, por ejemplo, el microbioma de los ratones de control cambió en un solo día para adaptarse a las nuevas condiciones. Entre los ratones con amoxicilina, algunos microbiomas cambiaron en un día, mientras que a otros les costó dos semanas hacer la transición. "En los ratones tratados con tilosina, algunos de los microbiomas no se adaptaron a las dietas altas en grasa hasta meses después", subraya Cox.
Tomados en conjunto, los investigadores dicen que los efectos más pronunciados de la tilosina en el aumento de peso y la interrupción microbioma son especialmente preocupantes, dada la creciente popularidad de las prescripciones de antibióticos macrólidos para niños. La evidencia acumulada, subrayan, pone de relieve la necesidad de un mejor conocimiento de las desventajas potenciales del uso excesivo de antibióticos.
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