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Turismo

Baleares intenta calmar a los turistas a través de cónsules y touroperadores: "Preguntan si siguen siendo bienvenidos"

Las manifestaciones en las islas en contra de la masificación turística y ciertas medidas como la limitación de vehículos en Ibiza o la subida de la ecotasa han alarmado a los visitantes sobre la existencia de turismofobia en Baleares

Turistas por las calles del centro de Palma de Mallorca. Alberto R. Roldán La Razón

El Govern balear ha puesto en marcha una estrategia intensiva de comunicación para tratar de mitigar la creciente preocupación que se está generando en los mercados turísticos internacionales ante una nueva temporada marcada por las protestas y movilizaciones ciudadanas contra la masificación turística.

Esta iniciativa busca enviar un mensaje de seguridad, hospitalidad y bienvenida a los potenciales visitantes y contrarrestar la imagen negativa que algunos medios extranjeros están proyectando sobre el archipiélago.

Según informa el diario local Última Hora, en las últimas semanas las autoridades autonómicas han multiplicado los contactos directos con cónsules, touroperadores y agencias de viajes de distintos países, especialmente del Reino Unido, mercado tradicionalmente clave para Baleares.

El objetivo es disipar las dudas y temores que se han instalado entre los turistas a raíz de una serie de publicaciones en tabloides británicos como el Daily Mail o The Telegraph, que han difundido artículos en los que se habla abiertamente de una supuesta “turismofobia” en las islas.

Alarma sobre todo entre el público británico

Estas informaciones, que en muchos casos mezclan imágenes de protestas recientes con escenas de manifestaciones ocurridas en temporadas anteriores, además de contener datos erróneos o confusos sobre un supuesto aumento de impuestos turísticos, han provocado una sensación de inseguridad entre los viajeros.

Uno de los puntos más controvertidos ha sido la mención a una ecotasa que, según ha aclarado el propio Govern, ni siquiera ha sido aprobada ni está en estudio. Sin embargo, la difusión de esta información ha contribuido a crear alarma entre el público británico.

El impacto de esta percepción negativa ha sido trasladado también por los propios actores del sector turístico. Steve Heapy, CEO de la aerolínea y touroperadora Jet2, ha reconocido públicamente que muchos de sus clientes expresan dudas sobre la seguridad y la bienvenida que encontrarán en España y, en concreto, en Baleares.

"Preguntan si siguen siendo bienvenidos"

“Nos preguntan si España es segura y si siguen siendo bienvenidos”, señaló Heapy, alertando de que estas inquietudes podrían traducirse en una reducción efectiva de la demanda turística, con graves consecuencias para la economía regional.

En respuesta a esta situación, la Agencia de Estrategia de Turismo de Baleares (AETIB) ha reforzado su presencia en todos los foros y eventos sectoriales, nacionales e internacionales, para reiterar que las islas mantienen un firme compromiso con la recepción cálida y respetuosa de todos los visitantes.

En sus intervenciones, desde la AETIB subrayan que las protestas ciudadanas, si bien visibles, representan un problema puntual vinculado a la gestión de los flujos turísticos en determinadas fechas y localizaciones, y no un rechazo generalizado o indiscriminado hacia el turismo.

Equilibrio entre el turismo y las necesidades locales

Asimismo, el Govern está trabajando en estrecha colaboración con los principales touroperadores y agentes del sector para promover una distribución más equilibrada de las llegadas turísticas a lo largo del año. La idea es evitar la concentración masiva de visitantes en temporada alta y fomentar el turismo en meses menos concurridos, con el fin de minimizar tensiones sociales y preservar la calidad de vida tanto de residentes como de turistas.

Este esfuerzo de comunicación y coordinación responde a la necesidad de proteger la imagen de las Islas Baleares como un destino turístico de primer nivel, capaz de combinar la excelencia en servicios con la sostenibilidad y el respeto por el entorno. El reto es claro: lograr un equilibrio entre la actividad económica generada por el turismo y la convivencia pacífica con la población local, evitando que episodios puntuales de protesta se conviertan en un freno para la industria.

En definitiva, el Govern apuesta por un turismo responsable y sostenible, que garantice la permanencia de las Islas Baleares como referente internacional en materia de calidad vacacional, y confía en que sus acciones de comunicación logren disipar las dudas que, en estos momentos, pesan sobre la confianza del turista extranjero.