El Estado islámico prohíbe a las mujeres salir perfumadas de casa

El Estado Islámico se supera en lo que al trato de la mujer se refiere. En una de sus últimas publicaciones dice, entre otras cosas, que si la “esposa quiere ir a la mezquita (se entiende que a rezar) debe pedir permiso a su marido.

Pero...”le está prohibido ponerse perfume y embellecerse (con la parte del cuerpo que les permiten tener al descubierto, salvo con los burkas en que la ocultación es total, no se entiende la prohibición)”.

Incluso, cuentan un sucedido: “una mujer pasó por Abu Hurayrah y su aroma estaba flotando por lo que le dijo:‘¿Adónde vas oh esclava de Al-Jabbar (el Todo-Poderoso)?” Ella contestó, a la mezquita, momento en el que su interlocutor le espetó:

«Vuelve y toma un baño porque de hecho oí al Profeta decir que Alá no acepta cualquier oración de una mujer que va a la mezquita con su perfume flotando hasta que ella vuelve y toma un baño”.

Que vayan tomando nota las mujeres occidentales: “en general una mujer que usa perfume tiene prohibida la salida de su

casa independientemente de si va a la mezquita o a otro lugar. No es permisible para cualquier persona oler la fragancia de una mujer que no sea su marido o pariente cercano”.

Aquí no termina la cosa: “en su camino a la mezquita, la mujer debe evitar andar por el medio del camino; en lugar de ello, debe ir por los lados (...)las filas de las mujeres para la oración deben ser las últimas ya que si los hombres escuchan su voz se convertiría en una tentación para ellos”.

No se escapa a las normas el aplauso: la mujer aplaude la palma de una mano usando la parte posterior (...) la palma de su mano izquierda usando dos de los dedos de su mano derecha”.

Al final, lo mejor para el Estado Islámico es que la mujer permanezca en su casa, que rece allí porque es más efectivo que en la mezquita.