Las mujeres deben permanecer en sus casas, ordena el Estado Islámico

“Alá dispuso que las mujeres debían permanecer en casa”, proclama el Estado Islámico en uno de sus últimas publicaciones; pero se queja que el mensaje divino no ha sido escuchado y, por lo tanto desobedecido. “Las mujeres de hoy en día salen de sus casas cuando les da la gana”, dicen indignados los yihadistas, que atribuyen lo que ocurre a la falta de religiosidad.

“Viven con todo tipo de lujos, son caprichosas, gastadoras y acosan a sus maridos hasta que no les dan lo que quieren”, añaden.

Para justificar la permanencia en el hogar, recuerdan que, a diferencia de los hombres, no tienen la necesidad de hacer sus oraciones diarias en una mezquita.

Cuando por una necesidad (se supone que para hacer la compra o cosas similares) tengan que abandonar el hogar, deben ir cubiertas con un velo y no tener contacto con los hombres. Y si hablan, en voz baja.

Los yihadistas, con su particular Sharia, lo tienen todo previsto ya que en el paraíso las huríes (con las que se premiará a los que mueran combatiendo a los “cruzados”) estarán encerradas en pabellones donde sólo les podrán visitar sus maridos.

Recientemente, el jefe de la Policía de Estocolmo se quejaba de que había zonas de la ciudad que no podía controlar, ni sus agentes entrar, porque estaban en manos de musulmanes que aplican la Sharia. El futuro para las mujeres no es precisamente el más halagüeño. El peligro, en todos los sentidos, también en el plano social, ya está en nuestras calles.