La primavera ha venido

“La primavera ha venido.

Nadie sabe cómo ha sido”

Y es que cuando llega la primavera es inevitable hablar de alergias.

Esa reacción de nuestro organismo a lo que conocemos como alérgenos. Muchas son las sustancias que nos pueden provocar una reacción alérgica, entre ellas están los alimentos, los fármacos o los inhalantes como el polen o los ácaros del polvo.

Pero en primavera las dos principales causas de las alergias que nos afectan más, son el polen de algunas plantas y los ácaros del polvo que, aunque están presentes todo el año, es en esta época cuando tienen las condiciones de temperatura y humedad idóneas y perfectas para su crecimiento, sobre todo después de un invierno con muchas lluvias.

Aunque muchas alergias tienen componentes hereditarios con antecedentes familiares con asma, atopia o alergias alimentarias, debemos seguir unas buenas pautas para diagnosticar el origen alérgico en los pacientes, y aunque a la mayoría de las personas les dé la impresión de que es una enfermedad intrascendente, no es cierto, ya que durante una buena parte del año empeora nuestra calidad de vida, por eso es bueno poner lo antes posible el tratamiento adecuado.

Pero en esta época no se altera únicamente nuestra sangre, a los alérgicos les cambia el humor, la rinitis les inunda y sus ojos lloran el silencio primaveral hasta que los estornudos los despiertan del sueño antihistamínico, en resumen, todo un espectáculo de sensaciones que los alérgicos conocen muy bien.

Y es en esta época del año, cuando de cara al verano intentamos preparar nuestro cuerpo, cuando las alergias nos afectan más, coincidiendo con nuestra decisión de hacernos un retoque estético y es entonces cuando nos preguntamos: ¿Qué debe primar, la salud o la estética? En estos días llegan a mi clínica personas que quieren realizarse un tratamiento de botox, una cirugía de párpados o quieren reservar unos días para borrar cualquier rastro de manchas faciales. Y desde aquí quiero dar unas pautas a todos aquellos que quieran un tratamiento estético y estén inmersos en un proceso alérgico. Debe primar nuestra salud, ponerse bien por dentro, antes por dentro que por fuera. Cuando coinciden ambos factores como son la alergia y esa necesidad de atención estética, posiblemente por culpa de los alérgenos, no estemos en condiciones óptimas para realizar ningún tratamiento. En esta época del año, la piel es poco amiga de las alergias, y el sol, el polen, los ojos hinchados y estornudos le afectan bastante.

Así que primero trataremos nuestra patología y ya pensaremos más adelante en la estética. No podemos tratar a alguien con un proceso alérgico en pleno auge, por eso enumeraré una serie de consejos para el tratamiento de la alergia primaveral: En primer lugar, alejarnos del alérgeno que nos afecta. Luego la posibilidad de utilizar tratamientos farmacológicos para aliviar los síntomas, como son los antihistamínicos, y en algunos casos la prevención de la alergia mediante vacunas. Por último, si estas no evitan las alergias, confiemos en el tiempo, el tiempo que todo lo cura. Llegará el cambio de estación y en la mayoría de las ocasiones, en el verano desaparecerá nuestra alergia.

Si no se ha podido evitar la alergia, es posible empezar a curar sus efectos producidos en nuestra piel, una vez terminada la temporada de alergia.

Al finalizar el tratamiento en el que hayamos eliminado todas las reacciones habituales de esta patología y nuestra piel esté mejorada de todos esos efectos negativos, encontraremos el momento justo de acudir a la consulta estética. Este es mi último consejo, y después seguir leyendo:

“Tú y yo, silenciosamente,

trabajamos, compañera,

en esta noche de marzo,

hilo a hilo, letra a letra

¡con cuánto amor! mientras duerme

el campo de primavera”