Salud
Biopsia fusión: el último avance diagnóstico del cáncer de próstata
La combinación de resonancia magnética y ecografía aumenta el acierto diagnóstico
La próstata es una glándula exclusiva del varón, que se encuentra debajo de la vejiga y delante del recto. El cáncer de próstata es un cáncer masculino y representa un serio problema de salud pública. No obstante, con frecuencia es estigmatizado por las consecuencias de su tratamiento sobre la capacidad eréctil o el rechazo a la clásica prueba del tacto rectal. Es el tumor de mayor prevalencia en el varón, y en el 2017 se diagnosticaron 30.000 nuevos casos en España. Representa además la primera causa de muerte urológica, y la segunda por cáncer después de los tumores de pulmón.
Como ocurre en la práctica totalidad de los tipos de cáncer, el proceso diagnóstico pasa casi siempre por una biopsia, consistente en extraer muestras del tejido sospechoso para analizarlo en laboratorio y confirmar o descartar que sea un tumor maligno.
“El paciente no necesariamente tiene que tener síntomas clínicos. La primera señal de alerta puede ser la elevación en sangre del antígeno prostático sanguíneo, el popular PSA. El siguiente paso es el tacto rectal para comprobar las características de la próstata. Si parece confirmar la sospecha, generalmente se indica una biopsia”, explica el doctor José Emilio Hernández Sánchez, jefe del servicio de Urología del Hospital General de Villalba (Madrid).
Sin embargo, el especialista admite la limitada “rentabilidad diagnóstica” de la biopsia prostática convencional. “Pese a que tomamos unas doce muestras de tejido prostático, lo cierto es que en un porcentaje elevado de casos obtenemos falsos negativos, es decir que el tejido analizado no es canceroso pese a sí existir un tumor”. Según algunas estimaciones, el acierto diagnóstico de la biopsia por sí sola ronda el 45%.
Afinar la muestra
Así pues, una de las claves para elevar el acierto diagnóstico es conseguir que el tejido extraído para la biopsia se corresponda realmente con la zona sospechosa y no con partes de la próstata no afectadas.
“Gracias a lo que llamamos biopsia fusión, nos acercamos al cien por cien de fiabilidad en el diagnóstico”, subraya el especialista del Hospital de Villalba, donde ya se realiza esta avanzada técnica.
La prueba diagnóstica dura aproximadamente 45 minutos, y se realiza en quirófano bajo anestesia, lo que evita cualquier molestia o dolor al paciente. “Lo que hacemos es combinar dos técnicas de diagnóstico por imagen: una resonancia magnética multiparamétrica previamente realzada y la ecografía que hacemos en tiempo real”, explica el doctor Hernández. La superposición de ambas imágenes consigue un mapeo exacto de la ubicación de la masa tumoral sospechosa, “lo que nos guía para la extracción del tejido que realmente debemos analizar”.
El tamaño no importa
Se da la circunstancia de que en el cáncer de próstata el tamaño del tumor no es todo lo relevante que se pueda pensar. “De hecho, existen tumores muy pequeños, prácticamente indetectables en el tacto rectal, que sin embargo pueden ser muy agresivos y con un muy mal pronóstico”, subraya el doctor Hernández.
La biopsia combinada “supera este obstáculo, dado que la combinación de las imágenes ofrece una visión muy exacta y detallada de la próstata y del tejido sospechoso por pequeño que sea”.
Esto supone un gran avance en las perspectivas de curación, “ya que podemos detectar el cáncer en sus etapas tempranas, lo que incrementa el éxito del tratamiento y, por tanto, las posibilidades de curación o de una mejor calidad de vida del paciente”, constata el jefe de Urología del Hospital General de Villalba.
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