Salud

Consejos para el periodo navideño y nuestros hijos

Por el Dr. Luis Sancho Pérez. Jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Quirónsalud Sur

Consejos para el periodo navideño y nuestros hijos
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El periodo navideño es una excelente ocasión para compartir con familiares y amigos, (algunos de los cuales tal vez no veamos con la frecuencia deseada), para mostrar el cariño a todos, especialmente a los mayores y enfermos. Pero para los niños (verdaderos protagonistas) constituye con frecuencia un periodo lleno de momentos mágicos como pueden ser el Nacimiento del Niño Jesús, el canto de villancicos o la visita de los Reyes Magos o de Papá Noel con sus respectivos regalos. Los adultos debemos intentar adaptarnos al momento evolutivo de los niños para así contribuir a su ilusión y alegría y concienciarnos que las Navidades no son para nosotros, sino para hacer felices a los demás, especialmente a los niños, fomentando aspectos como conciliar, hablar, conocerse, servir a los demás y no discutir. Aun en el caso de familias fracturadas, se puede intentar una tregua de paz esos días para que los niños sean felices y así lo recordarán siempre. Algunos consejos para encauzar positivamente todas estas emociones:

Sentido común con los regalos: Es importante inculcar a los niños que no serán más felices por tener más juguetes y que el que más tiene es el que menos necesita. No deberán pedir ni recibir demasiados juguetes ni muy costosos. Se debe pactar por tanto “la carta a los Reyes” para que incluya unos pocos regalos de un precio razonable. Hay que enseñarles a valorar los regalos que reciben y a agradecerlos debidamente. Se debe evitar que tengan acceso a agresivas campañas publicitarias de juguetes en diversos soportes. El tipo de regalo debe ser juguetes adecuados a la edad del niño, limitar los juegos de pantalla, enfatizando los regalos relacionados con el deporte y actividades al aire libre, especialmente en equipo. No todos los regalos tienen que ser juguetes. Pueden ser ropa u otros artículos necesarios aunque le hagan menos ilusión, siendo labor de los adultos concienciarles para que los acepten. Inculcarles que lo más importante es el cariño con el que se reparten No se debe consentir que el niño se enfade porque no haya recibido lo esperado o porque no esté contento con un regalo recibido.

Respetar las creencias sobre la existencia de los Reyes Magos y/o Papá Noel. Es variable la edad en la que los niños “dudan de su existencia”, pero es aconsejable respetar el periodo mágico que constituye para ellos la ilusión de su llegada. Si se les quita la magia se les arrebata la niñez, que es el pilar de la vida adulta. Por otra parte, hay que hacerles entender que no por ser “mágicos” pueden traerles todo lo que pidan y hacerles entender que tienen que atender también a niños con menos recursos.

Excepciones con los horarios en Nochebuena y Nochevieja: Por supuesto dependiendo de la edad del niño, podremos tolerar que, en esas noches especiales, los niños que quieran participar de nuestra celebración no se acuesten a su hora habitual y por ejemplo comer las uvas con nosotros. Asimismo, si un niño tiene sueño o está cansado debemos animarle a acostarse antes.

Coherencia con el aspecto religioso: La Navidad tiene una evidente connotación religiosa por lo que parece razonable ser coherentes con nuestras creencias: Si no se desea integrar en la vida del niño las creencias religiosas, puede no ser una buena idea montar un belén en casa. Por otro lado, si somos creyentes, podemos aprovechar este momento para inculcar a nuestros hijos el sentido religioso y el sentimiento de la Navidad en familia, para que ellos lo vivan y transmitan a sus futuros hijos. En ambos casos es una buena oportunidad para fomentar la solidaridad con los demás y los valores humanos.

Peligros: Se ha generalizado, sobre todo en algunas comunidades, la utilización de cohetes, fuegos artificiales o petardos para celebrar la llegada de un nuevo año. Además, se suelen utilizar por niños o adolescentes sin ningún control ni supervisión por adultos, con el consiguiente riesgo de quemaduras que pueden a veces ser muy graves. En el caso de que niños pequeños coman las uvas con nosotros será importante, para evitar atragantamientos, cortar las uvas en 12 trocitos más o menos pequeños en función de la edad.

Comidas y excesos: Es normal que en las comidas o cenas especiales de Navidad se consuman alimentos y bebidas algo diferentes a los habituales. Pero ello no implica que tengamos que excedernos en las cantidades ni en el consumo excesivo de alcohol. Aunque los niños habitualmente no consumen alcohol, nos verán a los mayores hacerlo (a veces en exceso) y perderemos la oportunidad de mostrarnos como un buen ejemplo para ellos. No olvidemos que siempre se aprende mucho más del ejemplo que de las palabras. Otro aspecto muy importante es el consumo de alcohol en adolescentes con las consecuencias directas sobre su salud mental (afectación de las zonas del cerebro responsables del aprendizaje y memoria), el riesgo de adicciones al alcohol y a otras substancias, el aumento de las relaciones sexuales sin protección (transmisión de enfermedades de transmisión sexual y embarazo precoz), accidentes de tráfico (una de las mayores causas de muerte prematura entre los jóvenes) y la proliferación y desarrollo de violencia (incluyendo violencia de género). Como siempre, lo más importante es la prevención: fijar una edad para comprar y consumir alcohol (y que se cumpla), fomentar el diálogo entre padres y adolescentes e incentivar campañas de concienciación acerca de los graves riesgos que acarrea el consumo de alcohol a cualquier edad, pero especialmente entre los más jóvenes.