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Tu cerebro puede predecir el futuro (II)

Tu cerebro puede predecir el futuro (II)
Tu cerebro puede predecir el futuro (II)larazon

En la película de Steven Spielberg Minority Report (2002) Tom Cruise interpreta a un policía de una unidad muy especial: la del ”PreCrimen”. Y es que en esta cinta futurista la policía es capaz de combatir el crimen....¡antes incluso de que llegue a producirse! ¿Cómo lo logran? El prodigio lo hacen posible tres mutantes dotados de asombrosas habilidades “precognitivas”. Pues bien, no hace falta acudir al cine de ciencia ficción para encontrarnos con esa capacidad. Todos contamos con ella en alguna medida.

El diccionario define “precognición” como un conocimiento anterior que facilita otro conocimiento. La precognición se halla en el lóbulo temporal derecho, donde se ha estudiado profusamente en relación a las alucinaciones que provocan ciertas patologías como migrañas o algunos casos de epilepsia. Se sabe, por ejemplo, que las precogniciones están conectadas con una hipersensibilidad en el lóbulo frontal derecho del cerebro, y también que existe una relación directa entre la capacidad para generar este tipo de conocimiento y los momentos de gran tensión emocional.

¿Cómo sería el retrato robot de una persona con capacidad precognitiva? Afortunadamente, tiene poco que ver con los mutantes que nos presentaba Spielberg. Son personas perfectamente normales que, eso sí, presentan una serie de rasgos característicos. En primer lugar, demuestran tener una curiosidad fuera de lo normal y se cuestionan permanentemente el statu quo. En ellas, el estrés o la incertidumbre tienen un efecto desencadenante, actuando como aceleradores y facilitadores de la capacidad precognitiva. La explicación a este fenómeno está en que una precognición es un recurso con el que el cerebro se defiende frente a elementos que se escapan a su control.

Las precogniciones también están relacionadas con un fenómeno al que popularmente denominamos Deja vu (en francés, “ya visto antes”). Un Deja vu es una situación aparentemente nueva pero que al experimentarla tenemos la sensación de haberla vivido ya antes. Y así es, en cierta forma. Porque lo que está sucediendo en realidad es que nuestro cerebro trata de encontrar en sus registros patrones similares con los que comprar y asimilar los nuevos escenarios. Esta es la razón por la que cuantas más experiencias acumulamos, más posibilidades hay de que vivamos un Deja vu.

El profesor de psicología y neurociencia de la Universidad de Nueva York, David J. Heeger, ha demostrado que la predicción biológica es crucial en cualquier función cerebral, así como que el cerebro es capaz de completar e interpretar las limitadas capacidades de nuestros sentidos, por ejemplo, de la vista, para captar la realidad. Si no fuera por esta capacidad para procesar, interpretar y anticiparnos a la información sensorial, seríamos incapaces de reaccionar a tiempo frente a los estímulos del mundo. El ser humano no podría ser proactivo porque llegaría demasiado tarde a todo.

El fenómeno de la inferencia cortical consiste en predecir algo para adelantarse a una situación que aun no se ha producido. Es posible gracias a una determinada arquitectura biológica que se nutre de la pre-alimentación (feed-forward), un tipo de sistema que reacciona a los cambios del entorno. Trasladado a comportamientos observables, las personas con gran empatía, es decir, aquellas que son capaces de ponerse en la piel de los demás, han desarrollado mucho los mecanismos de la atención y son capaces de interpretar la realidad más allá de la escueta información que le trasladan sus sentidos. Por esa razón, suelen estar dotadas también de una gran capacidad predictiva.

Nunca como en la actualidad, en estos tiempos acelerados y ultra flexibles, la capacidad precognitiva ha resultado tan vital para la subsistencia. El ser humano precisa adaptarse a toda velocidad a condiciones que cambian de la noche a la mañana. Necesita maleabilidad y anticipación. En este contexto, las personas precognitivas tienen una enorme ventaja. Porque cuando es casi imposible deducir lo que va a deparar el futuro, ninguna habilidad puede resultar más útil que la capacidad para asomarse a él con antelación.