Estreno teatral
Bueno, bonito y barato
Autor y director: David Shiner. Escenarios: Stéphane Roy. Vestuario: Marie-Chantalle Vaillancourt. Música: Jean-François Côté. Iluminación: Martin Labrecque.Diseño de números acrobáticos: André Simard. Escenario Puerta del Ángel. Madrid.
El mantra de los vendedores de los mercadillos le sirve a «Kooza»: el Cirque du Soleil ha recuperado un espectáculo bueno, bonito y barato. Al menos, en lo que a su coste se refiere, que no para el espectador; ya saben, revisen su cartera si quieren disfrutar. Háganlo a fondo también al salir: en «Kooza», travesura imaginativa, hay hasta un número protagonizado por un hábil carterista. Apuesta sencilla en lo visual, sin alharacas ni excentricidades; quien busque circo, puro y duro, con el sello estético, eso sí, de los canadienses lo encontrará. No así quien guste de las puestas en escenas grandiosas o barrocas. Esto no es «Corteo», para bien y para mal: a quien firma, que disfrutó con sus números, le empachó un poco la elección cromática y tonal, un atracón de golosinas chillonas.
Con todo, la apuesta por lo esencial, alejada de pirotecnias superfluas, transporta al Cirque a un terreno infalible. La Rueda de la Muerte, los alambristas, el dúo del monociclo... Hay momentos mágicos de gran circo en una velada en la que los clowns –de primera también– hacen suya la carpa y se crecen lo que les dejan. Quizá «Kooza» no sea el montaje más explosivo del Cirque, pero es un más que notable viaje emocional a sus esencias.
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