Coronavirus

“Domingos de lechazo” para no perder la tradición pese al coronavirus

Impulsada desde Aranda de Duero, esta iniciativa de comida a domicilio busca ayudar al sector de la ganadería ovina, muy afectada por el cierre de los restaurantes

Lechazo asado, tan natural como siempre
Lechazo asado, tan natural como siemprelarazon

No perder los tradicionales domingos de lechazo ahora que comienza su temporada, pero en casa, es lo que propone una iniciativa puesta en marcha en la localidad burgalesa de Aranda del Duero."Domingos de lechazo" es un nuevo concepto de comida a domicilio que busca ayudar al sector de la ganadería ovina que, con el cierre de los restaurantes, “ha quedado al borde de la quiebra”, explica su promotor, Enguel Vicente, quien destaca que se envía “un producto ‘delicatesen’ a un precio muy económico, cuando hasta ahora parecía que la comida por encargo sólo tenía que ser comida rápida”.

Los pedidos se efectúan en la web www.domingosdelechazo.com y en unas 48 horas el producto pasa del horno del asador a las mesas de clientes de la península y Baleares, aunque anuncian que en las próximas semanas se atenderán también “los principales países europeos”.Se trata de lechazo churro de no más de 5,5 kilos con el sello de calidad de la IGP del Lechazo Castilla y León que se asan de forma tradicional con leña de encina en los hornos del restaurante El Pastor de Aranda de Duero, para después envasarlos al vacío, con su jugo aparte.

Se venden por cuartos (39 euros para dos personas) y, según Rodolfo Sancha, gerente de El Pastor, los clientes les dicen que “tienen el mismo sabor que cuando lo consumen en el restaurante” por lo que se alegra de haber conseguido que un producto artesano, emblemático de la gastronomía castellana, “llegue a casa del cliente en las mejores condiciones”.

Además de apoyar al sector ovino y la restauración, la iniciativa tiene un carácter solidario, puesto que de cada cuarto pedido se donan dos euros a Cáritas para su programa de alimentos.El lechazo asado es la estrella gastronómica de Aranda de Duero, que anualmente le dedica en junio unas jornadas -este año será su XX edición si el virus no lo impide- organizadas por la Asociación de Hosteleros de Aranda y la Ribera en las que participan los principales asadores de la localidad burgalesa