El próximo año cumplirá sus bodas de plata al frente de la Federación de Fútbol de Castilla y León. 25 años, que se dice pronto y eso deja bien a las claras de su trabajo y del respaldo de los asambleístas, con un apoyo firme a su continuación. Será este martes, 1 de diciembre, cuando Marcelino Maté tome posesión por séptima vez consecutiva, de un cargo, en una situación inédita y complicada, debido a la pandemia, que ha dejado sin fútbol, a estas alturas a la prácticamente totalidad del mundo no profesional. Más de 45.000 licencias y 2.750 equipos. No obstante, en un encuentro con LA RAZÓN, da por seguro que todo volverá a su cauce y que son muchos los proyectos que tiene en la cabeza a corto y medio plazo, y con miras al año 2023 cuando la Federación castellano y leonesa cumplirá 100 años.
«Ahora el principal objetivo es salir de esta situación, que la pandemia no nos casuse muchos destrozos, y cuando todo esto pase sigamos contando al menos con los mismos equipos y los mismos practicantes que teníamos en el mes de marzo», manifiesta Maté a la primera pregunta. Retos primordiales en los próximos cuatro años: «terminar la digitalización completa de la Federación, seguir con el Plan de Estrategia; organizar una serie de actos que han trabajado a lo largo de estos 100 años, y adaptarnos a la nueva Ley de Deporte», explica.
Meses muy complicados en el día a día del presidente, que no ha dejado de mantener reuniones con representantes de distintas administraciones y de clubes. «Ha sido cambiante, al principio con la esperanza de retomar las competiciones cuanto antes, y luego ver de qué manera darlas por finalizadas. A partir del verano pensábamos en empezarlas, pero las expectativas se han ido cayendo y de momento sólo están en marcha Nacionales y Regionales».
El día a día de los clubes le preocupa sobre manera, en especial por adaptar su actividad a los protocolos impuestos y la caída de ingresos para mantenerse. En este sentido afirma que «la actividad deportiva no propicia los contagios». «Tenemos falta de liderazgo en la Comunidad, alguien que pelee por el deporte y no existe conciencia de que haciéndose la práctica de manera organizada no tiene que suponer ningún riesgo», critica.
La reestructuración de las distintas categorías, con dos grupos por ejemplo en Tercera «ha sido la solución menos mala para dar carpetazo a la temporada anterior. Y ahora hay que ver cómo vamos a desarrollar las territoriales a partir de la Nacional», indica, y a la vez que no entiende que se den criterios diferentes entre las distinas autonomías para arrancar competiciones.
Respecto a la situación que vive en la actualidad el fútbol castellano y leonés es bastante «real a nuestra tipología, aunque en Segunda División podríamos tener algún equipo más y en Segunda B estaría muy completo. Nuestros conjuntos profesionales tienen el hándicap que pelean con otros de distintas autonomías que tienen mayores recursos que los nuestros, tanto apoyo institucional como patrocinios importantes. Aquí hace falta más compromiso», afirma.