Covid-19
«La mayoría de los hosteleros necesitan poder abrir ya»
Pablo Cabezón, presidente de Asohtur, advierte a la Junta: «Nos estáis matando»
Los hosteleros de Castilla y León están que arden y, gran parte de ellos, al borde la ruina.
Pese a que en varias provincias como Ávila, Segovia, León y Salamanca ya han podido reabrir al público sus locales al mejorar su situación epidemiológica, hay otras como Soria que aún no han podido hacerlo, salvo las terrazas, algo que ven como insuficiente y están rezando para poner en marcha otra vez sus negocios esta semana y regresar, al menos, a la situación que había antes del 6 de noviembre, con el consumo prohibido solo en las barras.
«Hay muchos hosteleros que necesitan abrir ya porque tienen hipotecas, alquileres y gastos que no pueden dejar y no aguantan más», señala a LA RAZÓN Pablo Cabezón, presidente de la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo (Asohtur), mientras advierte de que tres de cada diez establecimientos de la provincia acabarán cerrando y apunta a la Junta: «Nos estáis matando», afirma, contundente, mientras asegura que cuando todo esto pase el Gobierno autonómico debería asumir y pagar por su responsabilidad con aquellos negocios que no hayan podido salir adelante.
El responsable de Asohtur recuerda que llevan casi nueve meses de pandemia de los que la mitad han estado cerrados y la otra con limitaciones sin recibir ayudas ni respaldo de las administraciones salvo la exención del pago de la tasa municipal de las terrazas, y asegura que en el sector nadie entiende nada de lo que está pasando y que tienen claro que el Gobierno regional les permitirá abrir «cuando quieran o les interese hacerlo».
Respecto al daño económico que puede producir la no apertura durante este «Puente», Pablo Cabezón insiste en que el mal ya está hecho, pero que estos días, al estar cerradas también la Comunidad de Madrid y País Vasco, de donde proceden muchos turistas que recibe Soria, y con el toque de queda a las diez de la noche «es casi inviable abrir para muchos de los establecimientos porque no les compensa». Sobre los cafés y los pedidos para llevar o recoger, asegura que son un «buen complemento» para los negocios pero no algo que sirva para vivir de ello. Y advierte de que se están viendo imágenes «contraproducentes», por las personas que se juntan en los bancos a tomar café y de tertulia. «Nadie se da cuenta y no es culpa del local ni de la gente, pero se dan situaciones de riesgo que no se producirían con los bares abiertos», apunta.
Y a pesar de la que está cayendo, Cabezón es optimista de cara al futuro del sector de la hostelería, cuando la covid no sea más que una pesadilla y un mal recuerdo. «Aunque costará volver ala vida de antes, ya que han cambiado los hábitos y la forma de pensar de las personas, nos iremos adaptando y la gente volverá a los bares y restaurantes con normalidad».
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