Sociedad

La pandemia dispara la ayuda a embarazadas para sobrevivir

RedMadre atiende en Valladolid a 294 mujeres de entre 13 y 48 años, la mayoría españolas

Voluntarias de RedMadre en Valladolid
Voluntarias de RedMadre en ValladolidRedMadreLa Razón

La crisis sanitaria del coronavirus está provocando otra económica y, sobre todo, una social que lleva tiempo vislumbrándose en las colas del hambre, pero cuyas consecuencias están todavía por determinarse.

Y una de las entidades que se está viendo desbordada desde que la covid irrumpiera en nuestras vidas es RedMadre, la asociación que ayuda a las mujeres encintas que han sido abandonadas por su pareja o familias, que han recibido malos tratos o están en riesgo de exclusión, y que no tienen donde ir ni nadie cercano que les eche una mano para poder dar a luz a sus hijos. De hecho, sólo en Valladolid y sus pueblos, atendieron durante el pasado año a 294 embarazadas de entre 13 y 48 años, la mayoría de ellas españolas, mientras que en este 2021 esperan ayudar a alrededor de 350.

«Nos piden ayuda para sobrevivir, porque no tienen ni para comer», advierte a LA RAZÓN Mar Sabadell, presidenta de RedMadre en la provincia de Valladolid, mientras apunta al aumento que han detectado de mujeres embarazadas que proceden de familias «normales» o de «clase media».

Es decir, que tenían un trabajo y unos ingresos con los que poder vivir, pero que se han quedado sin ellos al perder su trabajo por la pandemia, por estar en ERTE o por dejar de recibir prestaciones. «Son personas que nunca antes se habían visto en esta situación o ni siquiera se lo habían imaginado y que se encuentran solas y sin ayuda de nadie», advierte Sabadell. Desde esta entidad llevan doce años ayudando a las mujeres embarazadas a que puedan tener a sus hijos pero también cuidarlos durante los dos primeros años a través del material y recursos que las ofrecen, como una canastilla, ropa, cunas, cochecitos y, sobre todo, pañales, además de leche y cereales. De hecho, según cuenta Sabadell, estos tres últimos productos son los que más urgen ya que son los que más necesitan los bebés al llegar a este mundo.

«Nunca estarán solas»

En cuanto al perfil de las mujeres que solicitan ayuda a RedMadre, cuatro de cada diez son españolas, mientras que el 27 por ciento proceden de la América Hispana; el 18 por ciento son europeas; y el 9 y el 3 por ciento africanas y asiáticas, respectivamente.

Además, más de la mitad son embarazadas que están solteras mientras que el 47 por ciento están casadas, según datos facilitados por la entidad que preside Mar Sabadell, que cuenta con y en sus doce años de existencia han atendido a 1.500 mujeres encintas de las 80.000 de toda España.

Una asociación que tiene contratada solo a una trabajadora social y en la que colaboran 68 voluntarios, entre los que hay psicólogos para dar el necesario apoyo emocional que requieren estas mujeres al ser abandonadas por sus parejas o la familia, así como asesores jurídicos, médicos u otras personas que las enseñan a realizar un currículum o una entrevista de trabajo, echan una mano en la recogida y reparto de ropa o alimentos o colaboran en las actividades que realizan para recaudar fondos, como mercadillos o encuentros.

Ahora con la pandemia no han podido celebrar actos y dependen de los centros cívicos, pero Mar Sabadell recuerda a aquellas mujeres que estén embarazadas y sin recursos, que en RedMadre «tienen las puertas abiertas y que nunca estarán solas».

Solidaridad

La presidenta de RedMadre reconoce las dificultades de este año de pandemia, pero destaca el compromiso de los voluntarios para que ninguna embarazada en dificultades se quedara sin atender. Y eso que apenas cuentan con diez mil euros de ayuda de la Junta y 1.125 euros del Ayuntamiento de Valladolid, ya que la mayor parte de lo que recaudan viene de donaciones particulares, cofradías y empresas.

«La solidaridad de la gente es impresionante», señala Sabadell, quien, sin embargo, lamenta el «escaso» desarrollo de la Ley de Apoyo a la Mujer Embarazada en Castilla y León desde su aprobación en 2008. «No se ha notado en nada», dice.