Cultura

El Festival de Teatro Clásico de Olmedo reivindica el humor como actitud ante la vida de la mano de Ron Lalá

Esta compañía, habitual en esta Villa vallisoletana, pondrá este domingo el broche de oro al certamen con su espectáculo “Andanzas y entremeses de Juan Rana”

"Andanzas y Entremeses de Juan Rana", una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Ron Lalá
"Andanzas y Entremeses de Juan Rana", una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y Ron LaláJulián PérezAgencia EFE

Ron Lalá, una de las compañías habituales en “Olmedo Clásico” pondrá este domingo el broche de oro al festival olmedano, con una obra en la que se hace un análisis del humor y una “reflexión hacia “ese inquisidor que, de alguna manera, cada persona ha creado en su interior”.

”Andanzas y entremeses de Juan Rana” pone en valor la figura de Cosme Pérez, un cómico nacido en Tudela de Duero (Valladolid) en 1593 y cuyas actuaciones permitieron acceder a una visión única del Siglo de Oro español, a través de un humor inteligente, en el que tenía cabida la crítica al poder, a la iglesia o al propio rey. Con esta obra, una vez más, Ron Lalá aspira a “establecer un pensamiento crítico”, con “música en directo, un ritmo frenético y siempre cerca del espectador”, según explica el protagonista, Miguel Magdalena, en declaraciones recogidas por Efe, quien, además, es el director musical de la compañía.

De la mano de piezas de Quiñones de Benavente, Calderón de la Barca, Agustín Moreto y otros tantos autores españoles, “Juan Rana” desplegará, sobre el escenario de la Corrala del Palacio del Caballero de Olmedo, un sentido del humor crítico hacia todos los estamentos, pero también hacia la sociedad y hacia él mismo.” Juan Rana es el abuelo de los ‘sketch’ y en sus actuaciones, trataba temas candentes de la época que molestaban a los más poderosos, pero fue una superestrella de un género que propició los momentos más populares, culturalmente, de la historia de España”, apunta el actor de Ron Lalá.

En su época, tuvo que sortear a la Inquisición, siempre pendiente de aquello que pudiera afectar a los que ostentaban el poder, más en particular, a la iglesia, y lo hizo con su humor, con esa capacidad de supervivencia que otorga el tener que aparcar las tristezas personales para transmitir alegría a los demás.

Tal y como ha indicado Magdalena “ahora no hay Inquisición oficial pero, de alguna manera, nos hemos formado un inquisidor dentro y, en un ambiente caldeado en cuanto a ciertas cuestiones, el humor se convierte en un actitud ante la vida, en una seña del pensamiento crítico”.

”No hay nada de lo que uno no pueda reírse, empezando por uno mismo, y eso es una forma de entender el mundo. Ahora adoptamos principios que no nos son propios pero creemos que sí y hemos entrado en el ‘o conmigo o contra mí’, debido a ese mecanismo de control institucional que está empezando a afectar a la cultura”, añade.

En su opinión, “en España hay una gran apertura hacia el sarcasmo y bromeamos constantemente, pero hay determinados temas, relacionados con la territorialidad, por ejemplo, en el que desciende el sentido del humor, porque pensamos que hay un peligro, simplemente, por dar una opinión”.

Posverdad

Considera que en la era actual, la de la “posverdad”, “sobra información” y “no hay criterio para distinguir lo que es cierto de lo que no lo es”. “Ahora se puede afirmar cualquier cosa, amparados en la falta de identidad que envalentona a la gente en las redes sociales, pero eso no es un signo de libertad, ya que dependiendo de lo que se diga, algunos se echan encima”.

Ron Lalá arropa su propuesta con música en directoporque es un arte del aquí y el ahora, aporta una energía inigualable y transmite emociones que permiten conectar más con el público”, con lo que “es algo irrenunciable” en sus espectáculos, en este caso, con piezas del folclore español, chirigotas o jotas.

”Reivindico más música en el teatro, porque hay poca, y contamos en este país con músicos de gran calidad”, señala Magdalena, para quien el problema es que se trata de abaratar costes y, en la mayoría de los casos, se prefiere apostar por la música grabada.

“Queda mucho para entender que lo que se transmite con un un instrumento son ondas que llegan al alma”, finaliza.