Religión
El obispo de Ávila pide no vivir un “cristianismo light”
Lo ha hecho durante la homilía en la Catedral con motivo de la festividad de San Segundo, patrón de la capital
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha pedido este lunes. durante la homilía celebrada en la Catedral de El Salvador con motivo e la festividad de San Segundo, patrón de la capital, no avergonzarse de ser cristiano, al tiempo que ha instado a los creyentes a no vivir “un cristianismo light”.
Gil Tamayo se ha dirigido de esta manera a los cientos de fieles que han asistido a la Misa Mayor con motivo de la festividad del que se considera que fue el primer obispo de Ávila, antes de que su imagen haya recorrido las calles más céntricas de la ciudad, acompañada por miles de abulenses y visitantes.
Precediéndola en su recorrido hasta la ermita de San Segundo, la imagen del Santo ha estado acompañada igualmente por los integrantes del grupo “Urdimbre”, que desde la salida de la Catedral, hasta la llegada a su sede, le han bailado a los sones de la música tradicional castellana.
Los gigantes y cabezudos también han puesto la nota de color a esta fiesta que, por primera vez desde 2019 se ha podido celebrar con relativa normalidad, ya que este año tampoco será posible que los abulenses cumplan con la tradición de introducir un pañuelo en el sepulcro de San Segundo para pedirle tres deseos, uno de los cuales se cumplirá.
En este sentido, el obispo se ha felicitado por que “se vaya recuperando una cierta normalidad” para celebrar esta fiesta “con todo el esplendor” previo a la pandemia.
Asimismo, ha tenido un “recuerdo especial” para los fallecidos por la Covid-19, antes de expresar su deseo de que “pronto acabe” la invasión de Ucrania, cuyos habitantes han visto “pisoteados sus derechos”, así como sus deseos de “libertad e independencia”.
Igualmente, José María Gil Tamayo ha subrayado la importancia de Ávila para el cristianismo, dando santos a la Iglesia como Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz o San Pedro Bautista, de manera que el abulense es “un pueblo elegido por Dios para vivir conforme a esa fe”.
“Que nuestra fe no se quede solo en un título, en una costumbre... que no sea solo algo marginal en nuestra existencia”, ha deseado el obispo de Ávila, antes de dirigirse a los asistentes para decirles: “Testimoniemos que somos cristianos. No nos avergoncemos. No vivamos un cristianismo light o descafeinado, de puro ir tirando”.
Igualmente, ha rechazado vivir un cristianismo “solo de fiesta o de emergencia”, ya que a su juicio tiene que ser “lo transversal” para un creyente que, sin embargo, “no tiene que ser beato”, sino “gente normal”.
“Parece que nos avergoncemos de ser cristianos”, ha añadido el prelado, quien en esta línea ha defendido la necesidad de actuar “desde el respeto más exquisito a la libertad religiosa de los demás y a sus convicciones”, pero “sin ir acomplejados”.
Desde su punto de vista, esta sociedad “secularizada” se está “escondiendo a Dios”, que en su opinión “se está convirtiendo en un sin papeles”.
Tras la Misa Mayor, que ha contado con la asistencia del alcalde de la ciudad, Jesús María Gil Tamayo, acompañado por buena parte de la corporación, y el presidente de la Diputación, Carlos García, y el delegado territorial en funciones, José Luis Valverde, la imagen de San Segundo ha sido trasladada en procesión hasta la ermita que lleva su nombre.
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