Margarito Cuéllar, con el Tormes y Salamanca de fondo

Margarito Cuéllar: “Veo en Salamanca la gramática de la vida”

El destacado poeta mexicano está en Salamanca, donde presentó su libro galardonado con el prestigioso Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador y publicado por Diputación de Salamanca

Entrevistamos a Margarito Cuéllar, quien estos días se encuentra en Salamanca, participando del hermanamiento entre la Universidad de Salamanca y la Universidad Autónoma de Nuevo León, con sede central en Monterrey, centro académico del cual forma parte como docente.

¿Qué impresión se lleva de Salamanca?

Regreso iluminado a México. No es exageración. He visto aquí el paso de la historia, de la tradición y la cultura española; murallas antiquísimas, paredes de construcciones en los que el tiempo de detiene. La casa museo en la que se respira el espíritu de Unamuno. Un monumental San Esteban en los que es imposible no guardar silencio ante la belleza. Gente afable y generosa. Un silencio impresionante. Un vientecillo feroz. Una primavera un tanto fría por las mañanas y las noches. Tardes que se prolongan hasta ya entrada la noche animadas por el paso de la gente. Veo en Salamanca la gramática de la vida. La inauguración de una feria del libro inaugurada por el rector de la Universidad de Salamanca la mañana del sábado en la Plaza Mayor.

Su libro premiado ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’, tiene el viaje como eje central, ¿es así?

De principio a fin. Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas es un viaje o una suma de viajes a un país (Colombia), un viaje al interior de la poesía, del poeta, la palabra, el encuentro amoroso y la ausencia. Para culminar con un viaje a la vida y la obra de autores emblemáticos como José Asunción Silva y Porfirio Barba Jacob.

El rector de Salamanca, Ricardo Rivero, con Margarito Cuéllar
El rector de Salamanca, Ricardo Rivero, con Margarito CuéllarLa Razón

¿Cómo valora la presentación de su libro en la Sala Menor del Palacio de Congresos de Salamanca?

Me conmovió la calidez de la palabra y las señales de afecto en torno a Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas. La grandeza del trazo de Miguel Elías, las palabras de David Mingo, Jesús Fonseca y Alfredo Pérez Alencart, la lectura en árabe, alemán e inglés de “Poema de los que aman en los parques”, la presencia de los jóvenes y maestros universitarios. Al ser esta presentación parte de un programa de enlace entre la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Universidad de Salamanca, me sentí honrado y feliz de participar en este intercambio.

¿Cuál su impresión de la pintura que Miguel Elías realizó para usted?

Había visto en fotos el cuadro enorme de Miguel Elías alusivo al Quijote, pero ya en vivo es en verdad imponente. También me llevo su trazo magistral en un retrato en el que capta los rasgos del poeta de una manera impresionante. Miguel Elías no solo es un gran artista, sino también un gran ser humano. Y eso se agradece por partida doble.

Finalmente, ¿es posible que Salamanca le inspire algunos poemas?

En esas andamos. He caminado por sus calles como un niño que se sorprende con todo. Un templo de la antigüedad, una columna de hace 2000 años, un libro incunable, la estatua impasible de Unamuno, la figura de Fray Luis, el confesionario de Santa Teresa, una muchacha con audífonos y hermosas piernas bajando por una calle, la gastronomía, la generosidad de los amigos, la conversación con los poetas jóvenes, la historia y el tiempo que guarda esta tierra. No quiero adelantar nada, acaso algunos borradores que mañana serán sin duda poemas. Es una de las formas que tenemos los poetas de agradecer los dones de la vida.