Alerta ante una "pérdida de competitividad" en Castilla y León

"La economía de Castilla y León todavía se mueve en un contexto de incertidumbre y volatilidad importante con un horizonte económico muy complicado y con una clara tendencia de desaceleración". Así lo ha asegurado el director de ECOVAEstudios, Juan Carlos de Margarida, con motivo de la presentación del Observatorio Económico de Castilla y León correspondiente al primer trimestre del año 2023, donde también ha dicho que "la economía ha tenido un comportamiento mejor de lo esperado hasta el momento, aunque muy forzado y ficticio".

Las causas de esta desaceleración hay que buscarlas en un incremento desaforado del gasto público que se ha comido el exceso de recaudación debido a la inflación, la no reducción del déficit público aí cmo un incremento de la deuda pública y la reducción de precios con medidas adicionales de política fiscal, que ha impedido actuar a la política monetaria con la subida de tipos de interés.

"Hasta el momento se ha evitado una recesión técnica, aunque con serias dificultades, por lo que se hace necesario reducir el gasto público para que esto no ocurra", y De Margarida ha alertado de la posibilidad de una recesión técnica a principios de 2024, con el consiguiente peligro de "convertirse en una recesión profunda afectando de forma contundente a España".

Sobre la inflación, el director del Ecova ha asegurado que "continúa repercutiendo los costes a los precios de venta, lo que minora los márgenes empresariales perdiendo cuota de mercado, y que está conllevando al cierre de empresas".

Es por ello que De Margarida ha afirmado que "la economía de Castilla y León tiene un serio problema estructural con una baja productividad empresarial y del trabajo de sus empleados lo que hace perder competitividad al ser menos eficientes".

"La tendencia de la economía castellano y leonesa a medio y largo plazo no es nada halagüeña, ya que en la actualidad existe un dinamismo en la Región que sustenta en unas variables económicas que están empezando a perder fuerza".

Por ello, ha recalcado que se hace "imprescindible", prudencia y sentido común a la hora de gestionar los recursos públicos y privados, y que los actores que regulen la macro y microeconomía tomen decisiones que sean garantes del crecimiento económico y la estabilidad social a medio y largo plazo sin altibajos, y mucho menos sin intereses partidarios.