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Opinión

Invertir en cultura es como invertir en aire puro: no lo ves, pero lo necesitas

"Un pueblo sin cultura es manipulable, aburrido y altamente inflamable. Porque donde no hay pensamiento crítico, florece la demagogia"

La escritora y columnista zamorana, Olga Seco Olga SecoLa Razón

La cultura como activo: porque una mente llena vale más que un bolsillo abultado (aunque no lo puedas meter en el banco)

Vivimos en un mundo donde el PIB se idolatra como si fuera el nuevo Mesías, y el éxito se mide en seguidores, ceros en la cuenta y coches que valen más que una hipoteca. En medio de este espejismo de oropel, hay un activo que no cotiza en bolsa pero que define civilizaciones: la cultura.

Sí, esa misma que algunos consideran “ocio” o “relleno” en los presupuestos. Ese conjunto de libros, películas, canciones, obras de teatro, cuadros y pensamientos que no llenan el estómago, pero alimentan algo mucho más valioso: la cabeza.

¿Qué es la cultura?

Es ese conjunto de cosas que uno no necesita para sobrevivir… hasta que la vida se pone seria. Es lo que nos hace preguntarnos “¿por qué?” en lugar de simplemente “¿cuánto cuesta?”. La cultura es el arte de vivir con sentido, de mirar más allá del Excel y del deadline. Es una forma de resistencia contra la inercia, contra el algoritmo, contra la estupidez.

Cultura como inversión (aunque no puedas deducirla en la renta)

Invertir en cultura es como invertir en aire puro: no lo ves, pero lo necesitas. Una sociedad culta piensa, cuestiona, no se traga el primer titular, y tiene herramientas para no repetir los errores de siempre (aunque, reconozcámoslo, lo hacemos igual, pero con más conciencia estética).

Un pueblo sin cultura es manipulable, aburrido y altamente inflamable. Porque donde no hay pensamiento crítico, florece la demagogia. ¿Y qué mejor caldo de cultivo para el desastre que una masa entretenida pero no ilustrada?

¿Y el bolsillo lleno?

Maravilloso. Que no falte. Pero tener dinero sin cultura es como tener un Ferrari sin saber conducir. Acabas estampado, aunque muy bien vestido.

Un cerebro cultivado vale más que cualquier Rolex. Porque no envejece, no se devalúa y no te lo pueden robar (aunque algunos gobiernos lo intentan). La cultura te da algo que no cabe en ninguna caja fuerte: libertad.

Conclusión: más libros, menos likes

Apostar por la cultura no es un capricho de bohemios ni una excentricidad de subvencionados. Es una necesidad estructural, una inversión a largo plazo en seres humanos pensantes, sensibles y capaces de transformar el mundo.

Así que sí: una mente llena es el verdadero lujo. Lo demás, como dicen en los mercadillos, es bisutería emocional.