Sociedad
Zamora, tierra de encuentros en la tercera fase
El ufólogo zamorano Nando Domínguez publica ‘Ufología histórica de Zamora’, donde recopila 85 casos de avistamientos de objetos volantes no identificados en la provincia
Cualquier persona aficionada a la observación astronómica sabe que la provincia de Zamora cuenta con algunas de las mejores localizaciones para mirar los cuerpos celestes ya que, cerca de la propia capital zamorana, dispone de amplios espacios naturales libres de contaminación, especialmente de la lumínica. Lo que seguramente no sepan es que la provincia se considera uno de los lugares idóneos para el avistamiento de objetos volantes no identificados y hasta tiene el marchamo de acumular encuentros en la tercera fase.
Esta fantástica e inquietante condición de Zamora ha sido bien explorada por Nando Domínguez, ufólogo natural de Morales de Toro, que acaba de presentar el libro ‘Ufología histórica de Zamora’, de la colección ‘Anomalías’, editada por Guante Blanco, una obra en la que recopila los encuentros con ovnis en tierras zamoranas desde la década de 1950 hasta 2021.
“Ovnis enormes de cuyo interior salen otros objetos más pequeños, luces que interactúan con los testigos, encuentro con humanoides, objetos extraños que persiguen a vehículos y coches que dejan de funcionar tras la aparición de estos objetos no identificados”, enumera.
“Estamos hablando de algo más que ver una luz o un platillo volante. Hay muchísimos casos recogidos por los medios de comunicación. Este libro es una recopilación de todas estas sucesos ocurridos en Zamora, que salieron a la luz, aunque la mayoría sean desconocidos”, explica.
Nando Domínguez (Morales de Toro, Zamora, 1986) lleva desde niño fascinado por la existencia de vida en otros mundos y las visitas de alienígenas al planeta Tierra. Sus propias experiencias le indujeron a investigar y a desarrollar una intensa labora de recopilación, con entrevistas y trabajo de campo, además de colaborar con numerosos medios nacionales, entre ellos, prestigiosas publicaciones como ‘Más allá de la ciencia’ y ‘Mundo misterioso’. Fue finalista de los reputados premios e-volución con su página web ovnsipain.com y organiza las Jornadas de Ufología de Zamora, evento que fue noticia en el magazine francés ‘Logospheres’ y que reúne anualmente a expertos en la materia en Morales de Toro.
Mapa UFO
Hace apenas un mes, publicó un mapa interactivo con los casos de avistamientos de ovnis, “un portal a la frontera entre lo conocido y lo inexplorado”, como él dice. “Ha recibido más de 8.000 visitas
En ese mapa quedan plasmados cerca 85 casos de avistamientos y contactos no explicados científicamente y localizados en núcleos de población como Benegiles, Nuez de Aliste, Alcañices, Fresno de Sayago, Morales de Toro, Villabuena del Puente, Venialbo, Luelmo, Ferreruela de Tábara, Villalpando, Moreruela de los Infanzones, Villaralbo, La Bóveda de Toro, Corrales del Vino, así como en la capital zamorana.
“Desde pequeño, con ocho años, empecé a meterme en este mundillo. Iba de paseo con mi abuela, miramos al cielo y vimos unas luces. Pasados unos días, resultó que habían sido las luces de una discoteca de Toro, que generaron un revuelo increíble. Esas luces se vieron en muchos sitios y la gente empezó a hablar de ovnis. A partir de ahí, empiezo a sentir pasión por estos temas”, relata.
En Morales de Toro, en 2004, un familiar tuvo un avistamiento, que se repitió una semana después. “Un familiar mío vio un ovni. A la hora de comer, nos lo contó. Me pareció todo un poco extraño. Describió un objeto en el cielo, en la Torre del Reloj del pueblo, esférico, con una especie de rayos y lo vio sobre las tres de la madrugada. Se asomó a la ventana para fumar un cigarrillo y lo vio”, comenta.
“Pasaron los años y, en 2010, yo salía de casa de un familiar. Abro la puerta, miró hacia el cielo y observó por primera vez una esfera plateada enorme que no emitía ruido ni vapor. Estaba estática, se metió hacia una nube y ya no volvió a salir”, cuenta.
A partir de esa experiencia, el interés de Nando por ese tipo de fenómenos se acentuó y ni siquiera le desanimó el examen de una revista en la que se hacía una presunta autopsia a un extraterrestre del caso de Roswell (Nuevo México, Estados Unidos), registrado en 1947.
“En 2010, salía de un negocio familiar, por la tarde y veo una esfera plateada estática que no emitía ruido ni vapor ni nada. La esfera se metió hacia una nube y desapareció. Anduve obsesionado, con la cámara de fotos, por querer ver más. Empecé a hacer quedadas, disfrutar de las noches y generar alertas ovni. Es un tema un poco tabú y generó mucha polémica en el pueblo. Mis alertas ovni empezaron a ser conferencias y jornadas de ufología”, expone.
La búsqueda de testimonios, el descubrimiento de la hemeroteca y encontrar documentos relativos a la ufología terminó cristalizando en el libro recién publicado, con el empuje definitivo de la hemeroteca a través de internet. “Ha sido mucho tiempo y mucho esfuerzo para recopilar avistamientos y decidí separar los que corresponden a la provincia de Zamora. Hice un mapa en el que se puede ver dónde ha habido avistamientos y quedadas. Soy el primero que las ha hecho en Zamora. Hay muchos puntos de encuentros, algunos, identificados, y la prensa no ha indagado mucho en el tema”, detalla.
Persecución
El escritor moralino destaca en su recopilación la figura de Federico Acosta, quien investigó los fenómenos ovni, entre ellos, los presenciados desde el Palacio de Justicia. “No solo entrevistaba a los testigos, sino que también visitaba los lugares de los avistamientos. Incluso fue testigo de tres ovnis desde el Palacio de los Momos en Zamora”, asegura Nando Domínguez. “El libro también aborda el aterrizaje de un ovni en Alcañices, que captó la atención de la prensa de entonces”.
Domingo García pasando por Toro, en un tramo de carretera que desciende hasta el Puente de Hierro, iba con su pareja en el coche y vieron una luz por el antiguo campamento militar de Monte la Reina. La luz cruzó el río Duero y se colocó al lado del vehículo. “Su mujer entró en pánico. La luz empezó a perseguirles. Este objeto sí emitía un ruido potente que les hacía daño. Se puso en el lado derecho y, luego, encima del coche. La potencia de esas luces llego a cegarles y tuvieron que parar. El objeto siguió su camino y desapareció rapidísimo”, relató. “¿Tecnología humana, tecnología extraterrestres? No lo sabemos”.
El escritor Hugo Girão, quien conoció a Nando Domínguez durante las Jornadas de Ufología celebradas en Morales de Toro, hizo de maestro de ceremonias en la Biblioteca Pública de Zamora durante una presentación en la que también participó Mabel Guerrero, ilustradora de la obra, también con experiencias propias en cuanto a avistamientos inexplicables.
1972. Mabel era una niña y vivía en la avenida de las Tres Cruces, en la actualidad, una concurrida zona de la capital zamorana. “Yo también tuve la gran suerte de ver un ovni. En aquella época, había pocos edificios, no como ahora. Estaba en el balcón de mi casa y la vi aparecer. Estaba a muy baja altura. Era una especie de nave nodriza enorme y de color acero oscuro”, describe.
“Me quedé paralizada y, de pronto, desapareció. No sé cuánto tiempo pasó”, afirma.
Mabel Guerrero reconoce que tardó mucho tiempo en tomar la decisión de hacer público aquel episodio. “Si lo contabas, pensaban que estabas loca. Al conocer a Nando, empecé a explicarlo pero me daba mucho apuro. Fue algo impresionante que no olvidaré en la vida”, indica.
La artista presenta, en este contexto, sus láminas solidarias de ovnis y extraterrestres, con las que pretende recaudar fondos para la Asociación Corriendo con el Corazón por Hugo, que ayuda a personas que padecen enfermedades raras. “He querido ilustrar camisetas y las láminas con casos del libro de Nando”, subraya. Precisamente, parte de la recaudación por la venta del libro recién presentado irá también destinada a esa asociación.
Villalpando
Uno de los vídeos de la presentación fue el de Ángel del Pozo, conocido divulgador mediático de misterios, quien considera ‘histórico” el libro de Nando Domínguez, ya que “nunca se había hecho antes” esa recopilación de avistamientos de objetos volantes no identificados aparecidos en medios de comunicación de Zamora. “Es una provincia mágica que he recorrido durante muchos años en busca de misterios. Hay casos sorprendentes de fenómenos poltergeist, de reliquias asombrosas como la Cruz de Carne y caso históricos de ovnis”, dice, además de exponer su propia experiencia en Villalpando
“Estaba el más afamado contacto del mundo Sixto Paz. Acudí a una charla privada en un chalé porque daba al día siguiente una conferencia en Zamora. No quería mucho, me insistieron y fui. Tras una carla, fuimos a una finca ganadera, hicimos una meditación impresionante y, al terminar, salimos al exterior, una noche preciosa y estrellada”, describe. “De repente, muchas luces que cruzaban el cielo y una gran media luna. Se apagó, se volvió a encender. Sixto Paz estaba a mi lado y dijo que saludásemos, que estaban ahí. Una media luna se encendió en el cielo y no supe explicar qué era aquello”.
El testigo más veterano
Uno de los principales protagonistas de ‘Ufología histórica de zamora’ es Guillermo Rodríguez, aunque siempre le han llamado Willy. Nació el 27 de abril de 1927 y, con cerca de 98 años, nos recibe jovialmente en la residencia en la que vive desde hace algunos años. Se muestra activo y animoso y nos recuerda que hay que hablarle muy alto al oído derecho, ya que no oye nada por el izquierdo, efecto de una bomba que explotó junto a él cuando era joven.
“Estaba paseando, me metí en un sitio prohibido, con maniobras militares. Vi el letrero de ‘Prohibido el paso’ y, en ese momento,¡paaa! una bomba en la entrada. Ni me enteré y, claro, me rompió el oído. De aquí, no oigo casi nada y, de aquí, muy poco”, advierte.
Willy, quien gestionó conocidos locales hosteleros en la capital zamorana, en su época, recuerda que estaba pescando en Granja de Moreruela cuando tuvo el encuentro en la tercera fase. “Acababa de sacar un barbo de cinco kilos. Estaba con mis dos perros, Plutón y Yago, cuando vi una figura medio desnuda de unos dos metros que parecía un esqueleto, a medio metro del suelo. Me quedé en blanco, impresionado, como si estuviera en otro mundo, al ver ese hombre que venía del cielo”, refiere.
“Estuve así diez o doce segundos y, de repente, ¡brrr! salió como volando. Desapareció de pronto. Yo estuve ocho días fastidiado y los perros estuvieron muy alborotados ese mismo tiempo. Mucha gente se lo creía y otros se reían. Recuerdo que el gobernador, que era cliente de mi local, dijo que si yo lo decía, sería verdad. Esto me cambió porque me trastornó un poco”, reconoce.
Paradoja de Fermi
Lo cierto es que, en un informe publicado en 2020, los expertos estiman que, solo en la Vía Láctea, podría haber entre 300 y 6.000 millones de planetas con condiciones similares a las de la Tierra, es decir, habitables para formas de vida basadas en el carbono. Eso, sin contar con formas de vida que pudieran estar basadas en otros elementos, incluidos los desconocidos.
En este contexto, quienes muestran incredulidad sobre la vida alienígena tienen como principal argumento científico el hecho de que la observación y detección con radiotelescopios durante décadas no ha proporcionado datos concluyentes, incluyendo los proyectos OZMA y SETI.
Además, desde el punto de vista científico y filosófico, presentan también la objeción planteada por la conocida como ‘paradoja de Fermi’: “Si hubiera tantas civilizaciones avanzadas en nuestra galaxia, entonces, ¿dónde están? ¿Por qué no hemos encontrado trazas de vida extraterrestre inteligente?”
Nando Domínguez tiene claro que las dudas son “razonables” en uno y otro sentido y, especialmente, que “hay que tener la mente abierta y no dar nada por sentado sin investigar hasta las últimas consecuencias”.
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