Especiales

Cataluña

Coronavirus: ¿Tenemos sueños más raros por culpa del confinamiento?

El aislamiento provoca insomnio y cansancio, pero también un recuerdo más vívido de los sueños al no llegar a descansar totalmente

No dormir es la gran pesadilla de hasta un 30% de la población
No dormir es la gran pesadilla de hasta un 30% de la poblaciónlarazon

En el último trimestre, Google ha doblado el número de gente que busca información sobre “sueños raros”. La última noche, Patricia soñó que iba descalza por la calle y que poco a poco el cemento se le iba adhiriendo a los pies hasta que no podía moverse. Empezaba a ver a gente y quería huir, pero no podía. Cuando su marido intentó despertarla, ella le dio instintivamente un empujón y gritó que no la tocase. Los sueños, en confinamiento, son muy vívidos, más reales que nunca, pero también más extraños.

Ahora que abundan los diarios sobre cómo pasamos el confinamiento, debería recogerse una especie de censo sobre qué soñamos estos días porque las historias serían absolutamente sorprendentes y delirantes. El mismísimo Buenafuente contó en su programa “Leit motiv” uno de los sueños que acababa de tener: “Estaba en Nueva York con un amigo, que no sabía quien era, y nos íbamos a comer. Entrábamos en un restaurante y nos recibía Michael Douglas. Era como el dueño y era superamable. Me reconocía y empezamos a hablar, él en un perfecto español”, explicaba. Está claro que el presentador echa de menos el reconocimiento y la calidez de la gente.

Según los expertos, en momentos de estrés, los sueños también sirven como desahogo, como liberador de ansiedad, por lo que en lugar de ser sueños anodinos, son sueños destinados a representar de una forma directa nuestros miedos para poder relajar la tensión acumulada. Otro sueño que ocurre mucho estos días, por ejemplo, es el de suspender la única asignatura que te queda para poder licenciarte. De repente sientes el vértigo de perderlo todo en un segundo. EL confinamiento nos está obligando a pensar en volver a empezar de nuevo. Está claro que será imperativo reinventarse para sobrevivir.

Según los expertos, el estrés, la ansiedad y la incertidumbre pueden alterar nuestra capacidad de dormir correctamente hasta el punto de provocar malestar, cansancio crónico, insomnio y alteraciones biorrítmicas. No llegamos a descansar del todo, no caemos en la profundidad del M.O.R. (movimiento ocular rápido) el tiempo necesario, y la construcción de sueños que se generan en esta etapa son más narrativos y fáciles de recordar al pasar pronto a otras fases de sueño. “La situación actual está provocando un aumento de los trastornos del sueño. Vemos cómo la poblacion está teniendo serios problemas para iniciar el sueño, sucediéndose despertares nocturnos recurrentes con dificultad para volverse a dormir. La pérdida de rutinas laborales, sociales y personales es otra de las causas que lo provoca”, comenta la doctora Paula Giménez Rodríguez, directora de la Unidad Multidisciplinar de Sueño de la clínica HLA Vistahermosa.

Según comenta la doctora, hemos debilitado los “sincronizadores de nuestro reloj interno”, responsable del ciclo vigilia-sueño. Esto provoca todo tipo de desarreglos emocionales que encuentran su mejor representación en los sueños que tenemos. De aquí que podamos sentir: “sensación de falta de descanso al despertar o sueño de mala calidad, somnolencia durante el día, cefaleas, alteración del estado de ánimo e incluso problemas de memoria y concentración”.

Según los psicoterapeutas, nuestros sueños procesan memorias de corto alcance. Ahora, con un mundo vuelto del revés, tenemos tantas cosas que procesar que los sueños se manifiestan más violentamente. En términos coloquiales, si nuestros sueños antes hablaban ahora están gritando. Lo que se sabe, al menos según la teoría de Gestalt, es que todo lo que conforma el sueño habla directamente de ti o al menos se refiere a algo que te preocupa. Si Flaubert decía que “Madame Bobary soy yo”, nuestros sueños nos están diciendo que si sueñas con Madame Bobary, tú eres la adúltera insatisfecha, pero también el marido aburrido, y el amante cruel y las deudas del dinero, incluso el láudano que utilizas para suicidarte. Por tanto, necesitas una comprensión global de lo que está sucediendo, no sólo a lo que le ocurre a tu personaje en el sueño.

Otra de las teorías más defendidas por los expertos en sueño es la idea de que al dormir libramos una especie de diálogo con temas no resueltos. “Todos los sueños están de nuestro lado, incluso las pesadillas, porque intentan solucionar algo que podemos solucionar”, señala Fritz Pels, padre de la Gestalt, para quien los sueños son procesos de integración..

Sonia, una administrativa que desde el principio del confinamiento sufrió un ERTE y hace un mes y medio que no cobra, asegura que cada noche tiene un sueño recurrente: “No sé qué tiene que ver con el confinamiento o con la angustia y la incertidumbre que siento, pero día sí y día no sueño que mi marido me es infiel y no sólo eso, sino que lo anuncia en instagram y se mofa de mí. Al despertar, no puedo evitarlo, lo odio, y pasa mucho tiempo hasta que acepto que es un sueño y no ha pasado en realidad”. ¿Qué está realmente diciéndose a sí misma a través del sueño? Es difícil de saber porque existen muchos condicionantes. Todos tenemos nuestras propias pesadillas estos días. Lo importante es hacer el intento de dormir bien y que los sueños vuelvan a ser tus aliados, no tus enemigos.

Según Asisa, conglomerado de empresas dedicadas a la salud, lo mejor para recuperar las mejores pautas del sueño es esto: Establecer unas rutinas, sobre todo un horario para irse a dormir y otro para acostarse. Exposición a la luz, sobre todo por la mañana, y si alguien tiene balcón salir al menos dos horas para sincronizar tu reloj biológico con la luz. Hacer siestas, dnde al menos 20 minutos, no más, justo después de comer para equilibrar la balanza del descanso. Realizar ejercicio físico, aunque sólo sean sesiones de quince minutos diarias, para estimular el cuerpo. Limitar o evitar el uso de dispositivos móviles. sobre todo antes de ir a dormir puesto que son generadores de tensión. Evitar pensamientos o noticias preocupantes, poco antes de irnos a dormir. Tener un ritual de relajación previo al sueño. Esto nos ayudará a llegar a la vigilia con mayor facilidad y así poder disfrutar de las etapas más profundas y liberadoras del sueño.