Opinión

En nombre del pueblo

Todos hemos visto con estupor las imágenes del asalto al Capitolio llevado a cabo por partidarios de Donald Trump la semana pasada. Mejores y más sabios analistas harán sus deducciones y se las expondrán a ustedes. Por mi parte permítanme sólo algunas reflexiones.

Quienes asaltaron el Capitolio la hacían convencidos de defender la democracia americana, lo hacían en nombre de los valores de su pueblo y lo hacían engañados y fanatizados por la obsesión de un Presidente cuya gestión en otros campos no me atrevo a juzgar, pero que en lo que se refiere a calidad democrática me parece deplorable.

Decían actuar en nombre del pueblo americano, pero la Guardia Nacional, la Policía, esta ultima tras los fallos iniciales, pusieron las cosas en su sitio.

La conclusión es sencilla, nadie, en ninguna democracia puede actuar al margen de la Ley en nombre ni del pueblo, ni de ninguno de los valores que dicen representar esa supuesta mayoría o muchedumbre que se manifiesta.

Las democracias después de derrotar al nacional-socialismo y conseguir abatir el Muro de Berlín, perdieron la inocencia y desarrollaron mecanismos de Defensa en los diferentes países por ejemplo en Europa el moderno constitucionalismo que se basa en textos legales que para su modificación requiere mayorías muy amplias.

Es pues posible una revolución al margen de la Ley?. Sólo si quién quiere llevarla a cabo está dispuesto a sacrificar su vida y su patrimonio. Las masas de clase media, que tras el vocifero y la algarada cogen disciplinadamente el autobús para volver a casa y abrir al día siguiente la tienda, pueden generar angustia, provocar fractura social, pero carecen por completo de posibilidades reales para alcanzar sus fines, porque en el fondo no están dispuestos a sacrificar su bienestar y no digamos ya sus vidas.

En mi opinión lo del Capitolio actuará como una vacuna contra el virus de cualquier populismo.