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Jeremy Brett, el actor que murió por culpa de Sherlock Holmes

El intérprete británico está considerado como quien mejor ha encarnado al gran detective

Jeremy Brett interpretando a Sherlock Holmes
Jeremy Brett interpretando a Sherlock HolmesGranada Television

Cuando pensamos en el genial detective creado por Arthur Conan Doyle podemos imaginarlo con el rostro de alguno de los actores que lo ha encarnado, ya sea en la pequeña como en la gran pantalla. Podemos pensar que tiene los rasgos de Benedict Cumberbatch, Robert Downey Jr., Basil Rathbone o Christopher Lee, entre otros, pero no cabe duda de que si hubo alguien que supo hacerse suyo a Sherlock Holmes ese fue Jeremy Brett. Él fue el encargado de ponerse en la piel del personaje en una celebrada serie de Granada Television que gozó de larga y merecida fama entre 1984 y 1994.

Curiosamente el primer contacto de Brett con el mundo de Shelock Holmes le vino interpretando a su conocido ayudante y cronista, el doctor John H. Watson, algo que hizo en la producción teatral de 1981 “El crucifijo de sangre”, donde el protagonismo era para Charlton Heston. De esta manera, Brett ha sido el único que ha sido tanto Holmes como Watson, al menos hasta la fecha.

En el momento de iniciar la producción de la serie, los derechos de autor de Conan Doyle estaban a punto de caducar en Reino Unido. Eso le hizo pensar a un perspicaz productor llamado Michael Cox que tal vez era el momento de adaptar los relatos del detective, una suerte de obra completa con especial interés hacia los relatos breves. Como no se tenía que pagar ninguna cantidad astronómica para hacerse con los derechos, todo se invirtió en hacer de la versión televisiva la mejor que se había visto hasta la fecha. De esta manera, por ejemplo, en los estudios de Granada Television en Manchester se recreó con sumo detalle Baker Street, la calle en la que Conan Doyle situó el despacho y domicilio de su héroe. Por otra parte, John Hawkesworth, se encargó de firmar buena parte de los guiones de la serie, conservando el aroma del escritor británico, pero sin perder un ápice de la intriga que marcaba cada uno de los relatos. Lo único que hacía falta era encontrar al actor perfecto para que fuera Sherlock Holmes y ese no podía ser otro que Jeremy Brett.

Brett traía tras de sí un prestigio por lo versátil de sus interpretaciones. En el teatro había hecho buena parte de su carrera, con una especial atención hacia el repertorio shakesperiano hasta el punto de trabajar en una docena de obras del gran dramaturgo inglés. El cine había llamado a su puerta y había logrado ser uno de los protagonistas del clásico musical “My fair lady” junto a Audrey Hepburn. Fue incluso considerado para suceder a Sean Connery como James Bond, pero Brett había declinado la propuesta al considerar que el papel podría ser un retroceso en su carrera. En televisión había sido D’Artagnan en una serie británica alrededor de “Los tres mosqueteros”, entre otros personajes.

Él reunía todas las características para ser Sherlock Holmes y Brett se tomó el trabajo muy en serio. Perdió peso, se dejó el pelo un poco más largo, estudio cada detalle sobre el personaje en las novelas de Doyle. Eso le hizo aprender a tocar el violín, empezar a fumar en pipa y trabajar más la mano derecha a pesar de que él era zurdo. Asimismo, el actor se hizo acompañar a todos los rodajes con un grueso volumen en el que se recogían la totalidad de las andanzas de Sherlock Holmes. Para Brett aquel era el papel “más difícil y exigente de mi carrera, mucho más que Hamlet o Macbeth”. Brett fue Holmes en 41 episodios de la serie de Granada, contando con David Burke como Watson, siendo posteriormente sustituido por Edward Hardwicke.

La serie fue un éxito tremendo en todo el mundo. Tanto crítica como público estuvieron de acuerdo en el hecho de que Jeremy Brett había superado con creces a Basil Rathbone, hasta ese momento considerado como el mejor Holmes de todos los tiempos. Brett había ido mucho más allá y había logrado comprender a un personaje neurótico, excesivo e, incluso, extraño. No en vano, el mismo Brett se sentía identificado en algunos aspectos con el héroe. Sin embargo, no todos compartieron el entusiasmo. La hija del creador del detective, Dame Jean Doyle, aseguró que no le gustaba nada de aquella producción, empezando por el actor que la protagonizaba.

Pese a todo, la serie siguió adelante y Brett, que sufría de dislexia, pudo aprender con ciertas dificultades los guiones de la serie. Incluso fue Sherlock Holmes en los escenarios londinenses junto con Edward Hadwicke como Watson, el mismo equipo que en televisión.

Sin embargo, a medida que el aplauso seguía, la serie vio como descendía su presupuesto. La falta de medios no impidió que Brett acabara más y más absorbido por aquel a quien interpretaba. Cada vez le costaba más quitarse de encima al personaje. Acabó padeciendo una depresión maníaca, una enfermedad propia de Sherlock Holmes. A pesar de los problemas de salud, Brett volvió a ponerse ante las cámaras para seguir rodando, aunque cada filmación suponía una nueva tortura para su cada vez más débil salud. Incluso cuando se acababa el rodaje, Brett seguía trabajando en el personaje tratando de conocerlo más muchas veces con la ayuda de una máscara de oxígeno con la que podía respirar mejor.

En l995, Jeremy Brett reconoció que padecía trastorno bipolar. Sherlock Holmes había arrasado con él. Murió el 11 de septiembre de ese año.