El último líder de ETA, David Pla: “Difícilmente habrá paz con más de 200 presos”

A una semana de que se cumpla una década del anuncio del cese de la actividad armada de ETA, “TV3″ ha entrevistado este miércoles al último líder de la banda terrorista, David Pla, que ha reconocido que la situación es “mejor” ahora que cuando había violencia, aunque ha avisado de que todavía hay “asuntos por resolver” y “difícilmente se puede hablar de situación de paz cuando hay más de 200 personas encarceladas”.

Lo cierto es que, desde 2011, se ha reducido sustancialmente el número de presos: se ha pasado de más de 700 a poco más de 200 y, en los últimos dos años, han progresado de grado casi la totalidad de los reclusos y tan solo quedan tres bajo el régimen penitenciario más duro (en primer grado, porque la gran mayoría -casi el 90%- se encuentran en segundo grado).

Pla puso voz al comunicado de la disolución realizado en 2018 y ha criticado que, durante estos últimos años, el Gobierno haya “atacado y obstaculizado” el proceso de paz y ha puesto como ejemplo de ello su entrega desde Francia a España, hecha en febrero de 2020 a raíz de la euroorden emitida por la Audiencia Nacional en 2011. Aunque ha reconocido que ETA “no ha conseguido sus objetivos”, también ha querido subrayar que el legado de la banda va mucho más allá de los 864 asesinatos cometidos y ha intentado, como hace siempre, justificar su trayectoria.

“ETA siempre lo ha asumido, ha reivindicado sus acciones. Pero el legado es mucho más que eso. Para hablar de ETA y de lo que ha supuesto, hay que hablar de otra manera y afrontar las razones de por qué ha existido y qué ha supuesto”, ha afirmado. Asimismo, ha dicho que la “confrontación” ha creado “sufrimiento multilateral”, en referencia tanto a las víctimas de sus acciones como a los integrantes de la banda. “La diferencia es que ETA ha reconocido sus acciones y hay otras acciones del aparato del Estado que siguen sin reconocerse”, ha agregado.

“Es responsabilidad de todos explicar las razones de todo”, ha añadido. “No sé si son justificables o no, cada uno tendrá su opinión”, ha proseguido. Si bien, ha querido mirar al horizonte y ha asegurado que concibe la “paz como la solución al conflicto”. “ETA ha intentado crear las condiciones para abrir un proceso de resolución”, ha señalado, que también ha reconocido que tampoco hubo demasiadas “resistencias internas” en la organización para dar el paso hacia el cese la actividad armada. “Es una de las virtudes de nuestro proceso y eso ha hecho que avance firme y que no hubiera escisiones”, ha subrayado.

“El final seguramente llegó demasiado tarde y ETA deseó que hubiera sido antes”, ha explicado. ¿Por qué no fue antes? Ha culpado de ello a la “falta de voluntad del Gobierno”, aunque también ha atribuido “parte” de la responsabilidad a ETA.