Cataluña

Batallas y territorios: los curiosos nombres de las calles de Barcelona

La historia impregna el callejero de la capital catalana

Fotografía aérea de Barcelona
Fotografía aérea de BarcelonaWikipedia

Los callejeros de las ciudades vuelven a tomar vuelo mediático. La ley de memoria democrática que quiere impulsar el Gobierno de Pedro Sánchez (se abre la discusión sobre qué personajes son aptos para tener el nombre de una calle) y partidos como Podemos han situado el debate en el centro de la política en muchas ocasiones durante los últimos años. Y, de hecho, ciudades como Barcelona, con Ada Colau al frente del Ayuntamiento, han sufrido una importante sacudida: la alcaldesa, durante su primer mandato, fue muy proactiva en este sentido y rebautizó 19 calles y plazas y no todas por tener nombres asociados al franquismo, sino también al pasado colonial de España.

Esa sacudida, en cambio, no afectó a las grandes calles de la capital catalana situadas en el barrio del Eixample. Ni tampoco a la plaza que se dedicó en 2012 al impulsor de la estelada (bandera independentista) Albert Ballester ni tampoco ha servido para que otras figuras de la dimensión mundial de Salvador Dalí tengan hueco en el callejero barcelonés.

El callejero del Eixample fue diseñado por Víctor Balaguer a petición del Ayuntamiento en el siglo XIX. El propio Balaguer, muy reivindicado por el independentismo por ser una de las principales figuras de la Reinaxença (entre otras cosas), diseñó su propuesta basándose en la historia de Cataluña. En este sentido, los nombres de las calles hacen referencia principalmente tanto a batallas y personajes históricos importantes en Cataluña como a territorios e instituciones de la Corona de Aragón.

Así, entre los nombres de calles referentes a batallas están la calle Bruc, en referencia a una batalla de la guerra de Independencia española en la que el ejército español venció al ejército francés en la localidad catalana del Bruch y se convirtió en la primera derrota de Napoleón en España; o, la calle Casp, en referencia al compromiso de Caspe, un pacto de 1413 entre Aragón y Valencia y el principado de Cataluña para elegir un nuevo Rey y tuvo como principal consecuencia que la dinastía castellana Trastámara entró a reinar en la Corona de Aragón con la proclamación como rey de Fernando de Antequera, hijo de Juan I de Castilla y hermano de Enrique III de Castilla.

Entre las calles, con nombre de personajes históricos aparecen el filósofo Jaime Balmes, los escritores Ramon Llull y Bonaventura Carles Aribau, el cronista del medievo Ramon Muntaner, el conseller en cap de Barcelona justo antes de la Guerra de Sucesión Rafael Casanova, el presidente de la Diputación del General del Principado de Cataluña (predecesora de la Generalitat) entre 1638 y 1641 Pau Claris, el Jefe de la Compañía catalana en Oriente y césar del Imperio bizantino Roger de Flor o el militar Antoni de Villarroel. También están la calle del Comte Borrell, calle del Comte Urgell, la calle Manso, la calle Viladomat o la calle Rocafort.

Entre las calles vinculadas a nombres de territorios de la antigua Corona de Aragón aparecen la icónica calle de Aragón, la calle Valencia, la calle Mallorca, la calle Rosselló, la calle Provença, la calle Córcega, la calle Sardenya o la calle Sicilia.

Finalmente, las calles relacionadas con instituciones históricas aparecen la Gran Via de les Corts Catalanes, una de las principales arterias de la ciudad junto a la Avenida Diagonal; la calle Consell de Cent, la calle Diputació o la plaza Universitat. También hay otras calles que hacen referencia a otras ciudades catalanas, como Tarragona y Girona, o al comercio, la industria y la marina, ámbitos en los que la economía catalana ha sido muy pujante.

El Ayuntamiento de Barcelona también quiso proponer nombres relacionados con la historia de España para evitar que el callejero quedara monopolizado por la historia de Cataluña. De ahí la calle Sepúlveda, Pelayo, Trafalgar o Floridablanca.

También hay otras calles con nombres de batalla, como la calle Lepanto, en referencia a la batalla naval de 1571 que enfrentó a la Liga Santa, encabezada por la España de Felipe II, y al Imperio Otomano; o, la calle Bailén, en referencia a la batalla en el municipio de Jaén de Bailén durante la Guerra de Independencia española en julio de 1808, que venció el ejército español al ejército francés y tuvo una gran repercusión europea.