Vivienda

Racismo inmobiliario: “No pasa nada, hay propietarios que no quieren animales y otros, inmigrantes”

Un estudio del Ayuntamiento de Barcelona pone de manifiesto que el 86% de las agencias discrimina por motivos étnicos

Solo el distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha vivido un tímido descenso de precios
Solo el distrito de Sarrià-Sant Gervasi ha vivido un tímido descenso de preciosCipriano pastranoLa Razón

Un estudio del Ayuntamiento de Barcelona ha permitido constatar que el 62% de los agentes inmobiliarios aceptan aplicar la discriminación por origen étnico o incluso por condición, es decir, madres solteras, en el alquiler de viviendas si la propiedad así lo solicita. El consistorio ha realizado un trabajo de campo con 350 llamadas a agencias inmobiliarias en nombre de una persona ficticia que quiere alquilar una vivienda y que pide que se excluyan “a personas inmigrantes”.

Entre las respuestas que dan los agentes inmobiliarios, colegiados o no, frente a las peticiones racistas de los propietarios hay un 62% que lo acepta sin más, un 24% que lo facilita (no lo hacen directamente pero, en la práctica, los excluyen), un 10% que se niega a aceptar la propuesta, y el 4% evita dar una respuesta a la petición. Es decir, sumando todas las variantes, el 86% de las inmobiliarias aceptan o facilitan el racismo en el alquiler.

Ariadna Fitó, la socióloga encargada del estudio, detalló alguna de las respuestas que recibió durante las conversaciones telefónicas: “No pasa nada, igual que hay personas que no quieren animales, hay propietarios que no quieren inmigrantes... o niños, que también nos hemos encontrado algún caso alguna vez”. O, incluso, racismo a la carta en función del país: “Dejamos fuera a chinos y negros y aceptamos los franceses. La mayoría, sin embargo, se limitaban a decir: “ningún problema”. Otras, sin embargo, son mucho más sutiles y lo facilitan sin dejar rastro.

Según Fitó, hay una diferencia clara entre inmigrante y extranjero cuando se busca un inquilino para un piso de alquiler. Es decir, una especie de pirámide en función de la nacionalidad y que por tanto separa entre más y menos deseable, porque se asocia a clientes con recursos.

Con este trabajo, el Ayuntamiento sigue detectando evidencias de esta práctica racista en el sector inmobiliario. En un primer estudio, en octubre de 2020, el consistorio ya detectó actitudes discriminatorias en al menos un 20% de solicitudes de alquiler. De hecho, el Ayuntamiento ha ido más allá en esta cuestión y ha impuesto dos sanciones, pioneras en el Estado: una por ofrecer una vivienda “sólo a españoles” en agosto de este año y otra, por un caso de discriminación directa.

El estudio ‘Discriminación a la carta’ también ha permitido detectar diferencias sustanciales entre las agencias inmobiliarias colegiadas y las que no lo están. Aunque las actitudes racismo son mayoritarias en ambas, en el caso de las agencias no colegiadas suponen tres de cada cuatro agentes (76 %), mientras que entre las colegiadas el porcentaje desciende por debajo de la mitad (49 %). También existen diferencias entre los que rechazan toda discriminación, que en el caso de los colegiados son el 15%, mientras que en las que no lo están es sólo del 5%.