Economía

La mitad de los pueblos no tiene cajeros: el mapa catalán de los municipios sin banco

En Lleida y Girona hay más localidades sin oficinas físicas que con puntos para poder sacar dinero en efectivo

Una persona saca dinero de un cajero de una entidad bancaria
Una persona saca dinero de un cajero de una entidad bancariaEmilio NaranjoAgencia EFE

La fotografía no deja lugar a dudas: la desertización bancaria avanza a pasos agigantados y en Cataluña prácticamente la mitad de municipios no tienen cajeros automáticos. En cifras y según los últimos datos del Banco de España del año pasado, hasta 443 municipios (prácticamente uno de cada dos) no tienen oficina bancaria ni posibilidad de retirar dinero en efectivo.

Un porcentaje muy elevado (un 46,78% del total de 947 localidades) que afecta a 250.000 ciudadanos al tratarse de pueblos de pequeño tamaño, algunos con una tasa de población muy reducida y alejados de Barcelona, el área metropolitana y las otras tres capitales de provincia.

Los datos por demarcaciones permiten obtener una radiografía mucho más exacta de la desertización bancaria en Cataluña: un 8% de la población de las comarcas gerundenses, un 8,8% de la leridana y cerca de un 6% de la de Tarragona están sin acceso a oficinas ni cajeros de entidades bancarias.

En Barcelona, y pese al retroceso acumulado en los últimos años -la capital catalana, por ejemplo, ha perdido hasta un 40% de los cajeros, pese a que mantiene una importante cifra para sus habitantes- tan sólo un 1,1% de la población de la provincia no tiene acceso inmediato ni cercano a dinero en efectivo.

Por partes: la Cataluña despoblada es, a su vez, la que acumula porcentajes más elevados en la zona de Lleida: hay más municipios sin oficinas bancarias (130) que con (101),una escasez que afecta a 38.500 ciudadanos. En Girona, hasta en 123 no hay cajeros, por las 98 que sí tienen (61.500 personas). En Tarragona la cifra desciende ligeramente y son 91 de 184 las localidades que no tienen, mientras que en Barcelona solo hay 99 núcleos de población sin.

Ante la extinción bancaria evidente, las administraciones empiezan a reaccionar con velocidades y propuestas dispares: el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, ha puesto en marcha una prueba piloto para evaluar la instalación de cajeros automáticos en equipamientos municipales, como centros cívicos o hogares de jubilados.

La Diputación de Barcelona prevé destinar 1 millón de euros anuales para financiar la instalación de cajeros automáticos en municipios con menos de 5.000 habitantes que no tengan ningún cajero, ha anunciado este miércoles el diputado de Innovación, Gobiernos Locales y Cohesión Territorial de la corporación, Josep Arimany.

El departamento de Economía de la Generalitat ha salido al paso y ha elaborado una proposición de ley de carácter estatal con la que busca forzar a la banca a ubicar cajeros en todas las poblaciones con independencia de su tamaño, también en los pueblos más pequeños, y a financiar su instalación y mantenimiento.

Como la Generalitat no tiene competencias para ello, este departamento ha puesto a disposición de los grupos del Congreso y también del Parlamento catalán este texto legal, redactado con perspectiva estatal, para que lo presenten en Las Cortes.

La proposición de ley contempla, de entrada, una fase de la instalación voluntaria de cajeros automáticos por parte de las entidades en los municipios que más les convengan desde punto de vista comercial o empresarial y, si ningún banco se aviene a ello, entonces se activaría un régimen obligatorio