Crisis
Tres capitales de provincia y 50 pactos, en riesgo
La ruptura entre ERC y Junts podría afectar a ciudades como Girona o Tarragona a meses de las municipales
La histórica ruptura de los dos principales partidos del independentismo, Junts y Esquerra, puede conllevar un tsunami con importantes consecuencias en el territorio catalán a siete meses de las elecciones municipales de 2023. Republicanos y posconvergentes comparten cerca de una cincuentena de pactos en ayuntamientos, además de alianzas en todas las diputaciones salvo la de Barcelona. Ante este escenario, los consistorios tratan de blindarse frente al terremoto que se avecina, aunque la cercanía de los comicios hace prever una larga campaña electoral en Cataluña y precipita una nueva batalla entre Esquerra y Junts por el poder a nivel local, la primera prueba de fuego que se avecina.
Más allá del Palau de la Generalitat, ambos partidos independentistas comparten las alcaldías de capitales de provincia y ciudades medias como Tarragona Manresa, Reus, Lleida o Cambrils, además de sustentar con apoyos externos el feudo de Girona, en manos de los posconvergentes. Ambas formaciones también suman alianzas en consejos comarcales y las diputaciones de Girona, Tarragona y Lledia, con presidencias rotatorias entre ERC y Junts. Organismos que reparten una importante cuantía de inversiones y proyectos en el territorio, claves en un año de carácter electoral.
Las luces de alarma se han encendido en agrupaciones locales de ambos partidos, especialmente en las vinculadas a Junts. En Girona, por ejemplo, la alcaldesa posconvergente Marta Madrenas ha sido una de las dirigentes que ha defendido con más ahínco la ruptura con Esquerra. Abanderada en el territorio de la facción más beligerante de Junts, Madrenas no repetirá y su lugar lo ocupará la hasta ahora consejera de Universidades del Govern de la Generalitat, Gemma Geis, quien estos días también ha hecho campaña a favor de salir del Ejecutivo. Además, el menguante poder del independentismo podría evidenciarse aún más tras las municipales de mayo, con pactos difíciles de sustentar entre republicanos y posconvergentes.
En total, Junts cuenta con más de 350 alcaldes repartidos por el territorio y unos 300 altos cargos en el Palau de la Generalitat entre consejeros, directores generales asociados y cargos de confianza en departamentos clave como los de Economía o Territorio, con la gestión de los fondos europeos en el centro de todos los planes.
Capítulo aparte es el caso de Barcelona. La situación de Junts en la capital catalana es cuanto menos peliaguda, sin candidato ni líder y con cinco concejales en el Consistorio. La marcha de Elsa Artadi, quien debía ser la nueva lideresa de la formación –llegó a posicionarse con fuerza para la Generaltat hasta que dejó la política hace unos meses–trastocó los planes de Junts en una plaza clave hasta el punto de tener que recurrir a Xavier Trias, ex alcalde retirado. Sin embargo, el dirigente ha cargado con dureza contra la guerra abierta y ya insinuó que no se presentará de consumarse la ruptura. «Dije que una de las condiciones básicas es que no nos peleemos y que haya acuerdo, no solo acuerdo interno en Junts. No quiero pelearme con ERC, estamos cometiendo un error y no creo que sea bueno lo que estamos haciendo», aseguró este lunes.
►ERC y Junts comparten presidencia en todas las diputaciones menos la de Barcelona, claves a siete meses de los comicios de mayo de 2023 y los pactos posteriores
►Junts cuenta con más de 350 alcaldes repartidos por todo el territorio y unos 300 altos cargos en la Generalitat la margen de los consejeros
►Su situación es especialmente complicada en Barcelona: el ex alcalde Trias ya avisó que no se presentaría si se confirmaba la ruptura
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