
Exposición
FotoNostrum recoge las imágenes que cuentan la leyenda de David Bowie
Una exposición presenta las fotografías que captó Masayoshi Sukita durante cuatro décadas

Puede parecer un tópico, pero nadie como David Bowie supo compaginar la construcción de una imagen con su labor musical. Eran dos conceptos indivisibles y aún lo son hoy para comprender lo que fue su leyenda. Una de las mejores herramientas para entender este hecho son las muchas imágenes que pudo tomar de aquel mito el fotógrafo Masayoshi Sukita, algunas de ellas icónicas, no solamente para seguir los pasos de Bowie sino también para saber más de la historia del rock. Una gran exposición en la sala FotoNostrum de Barcelona nos ofrece la oportunidad de adentrarnos en un universo único e irrepetible con uno de los grandes genios de la música como protagonista absoluto.
Se trata de un conjunto formado por más de 70 imágenes que nos permiten recorrer cuatro décadas de la vida y carrera de David Bowie, desde su icónica aventura musical como Ziggy Stardust hasta sus últimos años. Pero Sukita, además de necesario colaborador fue también un cómplice, alguien en quien podía confiar el músico. Buena prueba de ello son, también en esta muestra, momentos íntimos capturados durante sus numerosos encuentros fotográficos a lo largo de los años.
Bowie fue moldeando un mito que inicio su andadura en los setenta, en el preciso instante en que el que el glam rock comenzaba a impactar en el público tanto musicalmente, pero también desde una perspectiva visual. De ahí pasamos a otra vuelta de tuerca, a otro saber romper su propio molde en los 80 y los 90. Y siempre estaba ahí Masayoshi Sukita para ser el notario gráfico.
Todo empezó en 1972, cuando Sukita se encontraba en Londres para fotografiar a Marc Bolan de T-Rex. Fue en ese viaje cuando conoció por primera vez a David Bowie. Esa primera sesión de fotos marcó el inicio de una colaboración de por vida con el cantante, que culminó en 1977 con la muy conocida imagen que se convirtió en la portada del álbum «Heroes», una de las grandes obras de arte que ha dado la historia de la música. Y eso no es una exageración por parte de quien esto escribe sino una constatación.
«Estaba caminando por las calles de Londres cuando se topó con un póster de un tipo dando una patada al aire. Era una foto muy interesante y se preguntó que quién sería aquel hombre ¿recuerda el sobrino sobre el cartel de “The Man Who Sold The World”, hasta que dio con el nombre de David Bowie y con su representante», explicó Aki Sukita, sobrino del fotógrafo durante la presentación de la exposición. El artista no lo dudó envió un porfolio con su trabajo y Bowie accedió a realizar una sesión fotográfica con el japonés.
Sukita y Bowie dialogaron hasta el final. Poco antes del fallecimiento de este último, el fotógrafo inauguró una muestra con su obra en Nueva York invitando a su querido amigo. Pero Bowie ya estaba muy enfermo, aunque tuvo fuerzas para enviarle una nota y prometerle que volverían a verse. Pero no pudo ser.
Por otro lado, la exposición sirve también para conocer la nueva sede de FotoNostrum, ahora situada en la calle Princesa de Barcelona, definidad como «un poco más pequeño pero con más personalidad», en palabras del fundador de la galería, Julio Hirsch-Hardy. En este sentido comentó que el objetivo que se marca es el de poder empezar una nueva etapa con exposiciones más pequeñas pero con la misma línea, presentando fotografías «que tienen ciertos clasicismos y al mismo tiempo siguen siendo contemporáneas».
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