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Perspectiva

La ciencia explica por qué hay personas más fotogénicas que otras: no es cuestión de belleza

Desde la simetría facial hasta la actitud frente a la cámara, los expertos desentrañan los factores que van más allá de lo superficial

La ciencia explica por qué hay personas más fotogénicas que otras: no es cuestión de belleza Pexels

En un mundo dominado por las redes sociales, la fotogenia parece haberse convertido en una especie de superpoder. Pero, ¿qué hace que algunas personas luzcan siempre bien frente a una cámara? La doctora Teresa Arnandis, bioquímica y divulgadora conocida como @ladyscienceofficial en Instagram, abordó esta cuestión en uno de sus populares reels.

Con base en investigaciones científicas, Arnandis explica que ser fotogénico no depende exclusivamente de la belleza, sino de una compleja combinación de factores que incluyen la simetría facial, la actitud y hasta la tecnología utilizada.

La simetría, el secreto evolutivo tras la atracción

Una de las claves más estudiadas por la ciencia es la simetría facial. Los rostros que presentan mayor equilibrio entre sus lados tienden a ser percibidos como más atractivos. Este fenómeno tiene raíces evolutivas, ya que una estructura simétrica puede asociarse con salud y buenos genes. Aunque la simetría perfecta es rara, incluso pequeñas desviaciones pueden influir en la percepción visual que proyectamos frente a una cámara.

La importancia de proyectar emociones positivas

La actitud y la expresión facial también son fundamentales. Las personas que logran transmitir emociones positivas, como una sonrisa natural o una mirada relajada, suelen destacar en fotografías. Esto no solo genera una sensación de cercanía, sino que también crea una conexión emocional con quien observa la imagen. Por eso, más que un rasgo físico específico, lo que cuenta es cómo se comunica la personalidad a través del lente.

Autoconfianza: el ingrediente invisible de la fotogenia

La seguridad en uno mismo es otro factor decisivo. Cuando una persona se siente cómoda en su propia piel, es más propensa a relajarse frente a una cámara, lo que resulta en fotografías más naturales y atractivas. Por el contrario, la tensión o la inseguridad pueden reflejarse en posturas forzadas o expresiones poco favorecedoras.

Ángulos y postura

Ser fotogénico también tiene mucho que ver con el conocimiento de los propios ángulos. Cada rostro tiene perspectivas que resaltan sus puntos fuertes, y las personas más fotogénicas saben cómo posicionarse para maximizar su atractivo. Este conocimiento puede ser innato o adquirido, pero en ambos casos, resulta clave para triunfar frente a una cámara.

La magia de la iluminación y los detalles físicos

La calidad de la luz puede marcar la diferencia entre una buena foto y una espectacular. La iluminación adecuada realza las texturas de la piel, mientras que las sombras pueden esculpir el rostro para darle mayor profundidad. Además, ciertos rasgos, como cejas definidas o una piel uniforme, también contribuyen a una imagen más impactante.

El sesgo de familiaridad: ¿cómo influye nuestra mente?

Un fenómeno curioso es que tendemos a encontrar más atractivas las caras que nos resultan familiares. Esto explica por qué una foto puede ser percibida de manera diferente por diversas personas, dependiendo de su relación emocional o de su exposición previa al rostro en cuestión. La familiaridad crea una sensación de comodidad que puede potenciar la percepción de belleza.

Cámaras, lentes y la perspectiva de la realidad

Finalmente, la tecnología también juega un papel crucial. Las cámaras de los teléfonos, aunque cada vez más avanzadas, tienden a distorsionar las proporciones del rostro debido al tamaño reducido de sus lentes. En contraste, las cámaras profesionales, con lentes más grandes y una apertura mayor, capturan las facciones con mayor fidelidad. Esto explica por qué muchas personas prefieren su reflejo en el espejo al resultado de una selfie.

Mucho más que belleza

Ser fotogénico no es simplemente una cuestión de estética. La ciencia demuestra que intervienen factores tan diversos como la simetría, la actitud, la familiaridad y la tecnología. Esto abre una perspectiva esperanzadora: con la combinación adecuada de conocimiento, confianza y recursos, cualquiera puede destacar frente a una cámara.