Espacio

Encuentran sal roja en una luna de agua helada

Las líneas rojas de Europa podrían ser un nuevo tipo de hielo salado

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Fotografía facilitada por la NASA de Europa, la luna helada de Júpiter, tomada desde la nave espacial GalileoNisha HarrisAgencia EFE

Un nuevo estudio ha descubierto un nuevo tipo de cristal que podría explicar las misteriosas franjas rojas de Europa, la luna de Júpiter. Estas líneas coloradas han traído de cabeza a los científicos durante mucho tiempo y, aunque todavía es pronto para aceptar las conclusiones de este estudio, es posible que haya dado con la respuesta. Curiosamente, se podría tratar de un nuevo tipo de hielo salado, lo cual es, exactamente, lo que suena: agua con sal que, eso sí, se comporta de forma extraña ante condiciones extremas.

Y es que, aunque nos sorprenda, la Tierra no es el único cuerpo del sistema solar con agua, Marte la oculta congelada en el permafrost de sus polos y los cometas la pasean de un lado a otro del Cosmos, pero hay un satélite que deja en ridículo al resto de concursantes: Europa, nuestro protagonista. Apenas tiene el tamaño de nuestra luna, con3.100 kilómetros de lado a lado, pero en su pequeña superficie hay más agua que en un cometa, más que en el permafrost marciano e incluso más que en nuestro planeta. De hecho, no solo nos supera, sino que casi duplica la cantidad de agua terrestre. Ah, y esta vez no hay truco, porque se trata de agua líquida.

El calor de las mareas

Los científicos están bastante seguros de que, bajo los primeros 25 kilómetros de hielo se extiende un océano de 90 kilómetros, casi 20veces más que la profundidad media de la hidrosfera terrestre. El agua rodea un manto de roca sólida cuyo corazón alberga un núcleo de hierro y níquel, muy parecido al de nuestro planeta. En este caso, Europa se encuentra en un lugar de nuestro sistema solar que, teóricamente, debería estar demasiado lejos del Sol como para tener agua líquida, pero no todo el calor viene de las estrellas.

Júpiter es enorme, su fuerza gravitatoria es tremendamente grande y eso significa que Europa es deformada por ellas, como si la alargaran en dirección al planeta. Esta tracción se llama “fuerza de marea”, porque es lo que produce que suba el nivel del mar en una zona y baje en otras, ya que el agua se deforma con más facilidad que la tierra sobre la que reposa. Esto se suma a que Europa es partícipe de un curioso fenómeno, la resonancia de Laplace. Significa que Europa y los otros principales satélites jovianos están sincronizados. Por cada vuelta que completa Ganímedes en torno a Júpiter, Europa da dos e Ío da cuatro. Al estar acompasadas, deforman a Europa entre todas, haciendo las fuerzas de marea todavía más intensas y fundiendo el agua bajo su superficie.

Hielo rojo

Posiblemente, muchas sustancias extrañas que encontraremos en los próximos años de exploración espacial no sean tan extrañas después de todo. Los elementos que componen el cosmos son los que son y pueden combinarse de formas limitadas. El caso no es tanto “qué átomos los constituyen” sino “en qué condiciones se dan. El universo es un lugar hostil y extremo y eso es lo que explica este nuevo tipo de hielo. Los investigadores probaron a someter una disolución de sales y agua a una presión descomunal, de 25.000 veces la presión atmosférica que nos rodea en condiciones normales. Al congelarlo obtuvieron un par de pequeños “diamantes” rojizos y comprobaron que, a 50 grados bajo cero, el hielo resultante se mantenía relativamente estable. Estas condiciones son compatibles con lo que sabemos sobre la superficie de Europa, por lo que las piezas parecen comenzar a encajar.

Se trata, en realidad, de un hidrato de cloruro de sodio, esto es: un compuesto formado por una molécula de sal por cada tantas de agua. Hasta ahora solo conocíamos un caso estable: una de sal y dos moléculas de agua. En este caso, sin embargo, estamos hablando de dos sustancias, una formada por una molécula de sal por cada 13 de agua y la otra por su molécula de sal por cada 17 de agua. Queda mucho por investigar y, con suerte, las futuras misiones a Europa (que ya están programadas), nos permitan obtener muestras de estas franjas rojizas para analizarlas y así confirmar que estamos ante sal de mesa y agua unidas en condiciones realmente atípicas. Esa es parte de la magia del cosmos, que no es magia en absoluto, es ciencia. Recombina lo que ya conocemos para crear esas cosas totalmente diferentes, evocadoras y desconcertantes que pueblan nuestro universo.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Ahora mismo hay dos misiones próximas que están pensadas para explorar las lunas heladas de Júpiter: La misión Jupiter Icy Moons Explorer de la Agencia Espacial Europea, que se lanzará en abril, y la misión Europa Clipper de la NASA, que se lanzará en octubre de 2024. Una tercera misión llamada “Dragonfly” y que corre a cargo de la NASA explorará Titán, la luna de Saturno, en 2026. Todas ellas nos darán información realmente relevante sobre nuestro sistema solar y el universo en general, pero hemos de ser cautos cuando hablemos de ellas, porque la exploración espacial siempre está sujeta a una larga lista de contingencias.

REFERENCIAS(MLA):

  • “On the identification of hyperhy drated sodium chloride hydrates, stable at icy moon conditions” Proceedings of the National Academy of Sciences. 10.1073/pnas.2217125120
  • Hedman, M.M. et al. “An Observed Correlation Between Plume Activity And Tidal Stresses OnEnceladus”. Nature, vol 500, no. 7461, 2013, pp. 182-184. Springer Science AndBusiness Media LLC, doi:10.1038/nature12371. Accessed 11 Mar 2020.
  • Hurford, T.A. et al. “Eruptions Arising From Tidally Controlled Periodic Openings Of RiftsOn Enceladus”. Nature, vol 447, no. 7142, 2007, pp. 292-294. Springer ScienceAnd Business Media LLC, doi:10.1038/nature05821. Accessed 11 Mar 2020.
  • Paganini,L. et al. “A Measurement Of Water Vapour Amid A Largely Quiescent EnvironmentOn Europa”. Nature Astronomy, 2019. Springer Science And Business Media LLC,doi:10.1038/s41550-019-0933-6. Accessed 11 Mar 2020.
  • Quick,Lynnae C. et al. “Constraints On The Detection Of Cryovolcanic Plumes OnEuropa”. Planetary And Space Science, vol 86, 2013, pp. 1-9. Elsevier BV,doi:10.1016/j.pss.2013.06.028.