Geología
En esta zona de España, la corteza terrestre se ha dado vuelta por completo
El giro de 180 grados fue provocado por un terremoto bajo Granada
El Instituto Geográfico Nacional ha desarrollado un mapa en el que se pueden ver los terremotos que se producen en España y entre los sitios más iluminados siempre aparece la región de Granada. Fue precisamente allí donde, en 2010, los científicos detectaron ondas sísmicas inusuales, lo que finalmente condujo a un hallazgo sorprendente: una losa oceánica que se había volteado por completo mientras era empujada debajo de su vecina.
Como se detalla en un estudio publicado en The Seismic Record, el equipo descubrió que la "losa de Alborán", que se encuentra con la losa euroasiática, justo al este del Estrecho de Gibraltar, "había dado un giro de 180º".
Es la primera vez que se hace un descubrimiento de este tipo, afirman los autores del estudio. Y se debe a los "silicatos de magnesio hidratados", aproximadamente a 500 kilómetros bajo la superficie, lo que indica que el agua en la superficie de la losa no solo había sido empujada hacia abajo, sino que también había girado y arrastrado debajo de la losa.
El estudio explica cómo interactúan estos fragmentos de la corteza terrestre y cómo se relacionan con la actividad sísmica en la superficie, además de brindarnos una nueva sensación de asombro por las extraordinarias maravillas geográficas de nuestro planeta.
Originalmente, los autores buscaban algo completamente diferente cuando estudiaron un terremoto de magnitud 6,3 debajo de Granada en abril de 2010.
“Inicialmente, no pretendíamos comprender mejor los mecanismos de los terremotos profundos, ya que varios estudios anteriores han estudiado muy bien la fuente – señala el coautor y sismólogo de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, Daoyuan Sun, en un comunicado -. Nuestra intención era simplemente trazar las formas de onda por curiosidad, ya que hay mucho que aprender de las formas de onda individuales cuando uno se toma el tiempo para observarlas de cerca”.
Las vibraciones de baja velocidad son convencionalmente el resultado de ondas que atraviesan material líquido o fundido. Dado que las losas subducidas a menudo transportan agua en su superficie, son una excelente explicación para estas señales.
“Considerando que el fondo del mar en el Mediterráneo occidental es relativamente joven, para que la losa permanezca fría, la velocidad de subducción debe ser bastante rápida, como una velocidad moderada de unos 70 milímetros por año - concluye Sun-. En otras palabras, creemos que nuestro estudio podría ofrecer un límite inferior razonable de la velocidad de subducción en esta región".
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