Pasado
Hace 47 millones de años se hizo el primer gran concierto del verano: desde entonces, lo sufrimos cada día caluroso
Un fósil de 47 millones de años revela el origen ancestral de los sonidos que nos acompañan cada verano
El verano llega y con él, ese coro ensordecedor que nos acompaña en cada paseo por el parque. Las cigarras han convertido sus conciertos en la banda sonora oficial de los días calurosos, y no parece que vayan a cambiar de repertorio.
Lo que muchos no saben es que esta tradición musical tiene raíces más profundas de lo que imaginamos. Mucho antes de que existieran los festivales de música, estos insectos ya dominaban el arte de la interpretación en vivo.
La ciencia acaba de descubrir que llevamos décadas subestimando a estos pequeños artistas. Su historia como músicos se remonta a épocas en las que la Tierra era un escenario completamente diferente.
El primer concierto de la historia comenzó hace 47 millones de años
Un fósil encontrado en Alemania ha revolucionado lo que sabíamos sobre el origen de estos conciertos veraniegos, según apuntan desde ScienceNews. La nueva especie descubierta, Eoplatypleura messelensis, vivió hace 47,2 millones de años y adelanta en 17 millones de años el momento en que las cigarras comenzaron a cantar según pensábamos hasta este momento.
El hallazgo surgió de forma casual cuando Hui Jiang, especialista en cigarras cantoras, se incorporó al Museo Senckenberg de Frankfurt. El fósil llevaba desde 1986 en la colección, clasificado simplemente como cigarra, pero fue Jiang quien reunió todas las piezas del rompecabezas evolutivo.
Los dos especímenes fósiles, ambas hembras adultas, se conservaron en esquisto bituminoso en el famoso yacimiento de Messel. Con 26,5 milímetros de longitud y una envergadura de 68,2 milímetros, pertenecían a la tribu Platypleurini, un grupo de cigarras cantoras modernas que hasta ahora no tenía registro fósil. Aunque parezca curioso, las cigarras sufren enfermedades bastante sorprendentes, algunas incluso las convierten en zombies.
“Las cigarras son capaces de producir algunos de los sonidos más fuertes entre todos los insectos”, explica Jiang, ahora en la Universidad de Bonn. Aunque normalmente solo cantan los machos, encontrar estas hembras fosilizadas del Eoceno ofrece pistas cruciales sobre la historia evolutiva de su canto.
El descubrimiento también desafía las teorías sobre la distribución geográfica de las cigarras. Los científicos creían que estos insectos llegaron a Eurasia tras la colisión tectónica entre África y Eurasia hace 25-30 millones de años, pero este fósil sugiere que ya estaban allí mucho antes. Las estimaciones climáticas indican que la zona de Messel tenía una temperatura media de 22°C, ideal para las cigarras hace 47 millones de años.