Fauna marina
Reaparece en el mar patagónico un animal que desapareció en 1929
La tercera especie más grande del mundo huyó hace casi un siglo de las aguas argentinas
La ballena Sei, la tercera especie más grande del mundo después de la ballena azul y el rorcual ha estado desaparecida por casi 100 años. La Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y el Centro Nacional Patagónico fueron quienes avisaron del avistamiento de un ejemplar de la especie habitando el mar argentino.
Su nombre científico es Balaenoptera borealis y posee proporciones gigantescas que pueden llegar hasta los 18 metros de largo y las 20 toneladas. Sin embargo, a pesar de su tamaño, es una de las especies más rápidas del mundo marino.
Hoy en día esta especie está en vía de extinción y al desconocerse su paradero es imposible saber con exactitud la cantidad de ejemplares que quedan. Las estimaciones sugieren que solo podrían vivir entre 10.000 y 50.000 de ellas.
¿Por qué desapareció de argentina la ballena sei?
La grasa que se extrae de este animal sirve como combustible de lámparas y cera para velas, productos indispensables en la primera mitad del siglo pasado. Por esta razón, la caza indiscriminada de esta especie causó que a los ejemplares restantes a huyeran de los litorales y aguas de Argentina.
En un principio las ballenas sei se vieron obligadas a migrar hacia el norte, a los mares europeos. Sin embargo, aquí también encontraron a su mayor depredador: el ser humano. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente, en la Península Ibérica se registraron capturas de estas ballenas hasta la década de 1970.
Seguirle la pista a la ballena sei
Conocer el paradero de los ejemplares restantes es indispensable para garantizar su conservación. Los investigadores en Argentina y otros países en los que solían avistarse han intentado rastrear a la especie mediante diferentes métodos. En el 2003, científicos captaron la respiración de este animal y enviaron drones acuáticos en su búsqueda.
Desde Brasil también se estudiaron muestras de piel y grasa extraídas del fondo del mar y confirmaron que se trataba de restos de la ballena sei. Además, la Fuerza Aérea Argentina realizó constantes sobrevuelos e instalaron dispositivos de rastreo en media docena de ballenas encontradas en el medio del océano.
El descubrimiento de su regreso a la costa patagónica después de tanto tiempo representa un hito para la comunidad científica que puede encargarse ahora de investigar las dinámicas relacionales con otras especies de la zona, las conductas y los hábitos de este desconocido animal.
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