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El último desastre de 3.000 millones de dólares de Elon Musk

El cohete Starship ha volado por los aires, pero no como Space X pretendía y esto es lo que supone para la empresa

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La nace de SpaceX, Starship SN10, explota poco después de aterrizarLa RazónLa Razón

Los años pasan factura para todos y, cuando nos dedicamos aprometer el oro y el moro, es cuestión de tiempo que la realidad haga mella en nuestra imagen. Hace unos años, Elon Musk era el magnate que salvaría al planeta. Muchos le veían como un genio inspirador que revolucionaría a la humanidad, salvaría la Tierra y nos llevaría a otros mundos. La culpa es nuestra por mitificar mortales y en eso tenemos experiencia. Poco a poco, las promesas incumplidas y los retrasos que ya se han vuelto firma de la casa Musk han ido mutando su imagen y, ahora, el multimillonario sudafricano ya no goza de tan buena prensa. Y por supuesto que a sus espaldas cuenta con una gran cantidad de logros, pero la opinión pública es dura y no está dispuesta a perdonar una. Ahora se enfrenta a un nuevo “fracaso”, la explosión del cohete Starship cuyo desarrollo ha costado 3.000 millones de dólares.

¿Qué supone esto para la empresa? ¿Cómo afectará este fracaso a Musk? Pues depende. Depende de lo que la opinión pública quiera leer y de cómo esa confianza en sus empresas se refleje en la bolsa. No podemos predecir el futuro, y menos cuando entra en juego el mercado, pero hay que reconocer que Musk (y sus equipos) tiene una especial habilidad para salir airoso de estos baches empresariales. Pero, ahora bien, si lo que nos preguntamos es cómo afectará la explosión del Starship desde un punto de vista científico, la respuesta es sencilla: de ningún modo. En todo caso, si hay un impacto económico en Space X, puede que eso limite el progreso de las misiones, pero lo que ha ocurrido, a pesar de lo aparatoso que parece, es relativamente normal.

De hecho, no debemos caer en el error de pensar que Musk ha perdido esos 3.000 millones de dólares. Eso es el coste de desarrollar el cohete, no solo de construirlo y lanzarlo. Por otro lado, Algunos medios indicaban que Musk y su equipo se sorprendieron al ver que Starship perdía el control, pero ¿realmente lo hicieron? Desde luego que no quedaron indiferentes, pero que fracasara un lanzamiento de prueba de una tecnología tan puntera como esta no debería sorprender a ningún ingeniero que se precie. Es una opción, no la más probable, pero desde luego tampoco una demasiado remota. Las misiones se retrasan y, algunas, sobre todo en fases iniciales, se tuercen. Space X está corriendo una maratón, no una carrera velocidad y es normal que se encuentre baches por el camino. Para llevar humanos a Marte, que es lo que se propone este proyecto Starship, hará falta mucho tiempo y muchos ensayos.

Es casi inconcebible que, con una meta tan ambiciosa como esa, cada paso fuera un éxito inmediato. Pero claro, recordemos que parte de la estrategia publicitaria de Elon Musk consiste en prometerle a la prensa plazos irrealmente cortos para alcanzar sus objetivos. Eso ha proyectado unas expectativas inalcanzables en la conciencia colectiva y nos hemos vuelto menos tolerantes a lo que, en realidad, es un proceso relativamente normal en el sector de la astronáutica. Así que tendremos que esperar para todo. Un poco para descubrir cómo le afectará esta noticia a Musk y sus empresas y, desde luego, muchísimo más, para ver si este faraónico proyecto consigue llegar a buen puerto en algún momento del presente siglo.

QUE NO TE LA CUELEN:

Las grandes nubes que producen los cohetes al despegar pueden parecer muy contaminantes, pero, en realidad, son mayormente vapor de agua. El impacto medioambiental de estos lanzamientos no es nulo, pero es mucho menor de lo que solemos pensar.

REFERENCIAS (MLA):

Starship (no date) SpaceX. Available at: https://www.spacex.com/vehicles/starship/ (Accessed: April 21, 2023).