Navidad

Juguetes con Internet y dotados de inteligencia artificial, el futuro próximo

Los psicólogos recomiendan que los niños aprendan a jugar de manera cooperativa y que sigan teniendo juegos tradicionales porque desarrollan más su imaginación

Artículo 155
Artículo 155Eduardo ParraEuropa Press

Las nuevas generaciones han nacido rodeadas de tecnología. Los móviles y las tablets son objetos cotidianos. Las pantallas táctiles son más frecuentes en sus primeros meses de vida que los sonajeros. Nunca han conocido una vida sin Internet y aunque su imaginación sigue siendo la mayor de sus capacidades esperan más de un juguete que los nacidos hace dos décadas, cuando el móvil solo se usaba para hablar.

«Los juguetes conectados a Internet se convertirán en algo normal, por lo que las empresas tendrán que adaptarse rápidamente, o en su defecto, pueden llegar a desaparecer». Así lo asegura José Carlos Sola, coordinador de una línea de investigación iniciada por el Instituto Tecnológico de Producto Infantil y de Ocio (AIJU) dentro del departamento de Inteligencia Artificial.

Con este objetivo se ha iniciado una línea de desarrollo para incorporar la tecnología de Internet de las Cosas y la Inteligencia Artificial a los juguetes tradicionales de tal forma que estos pueden llegar a funcionar como videojuegos.

AIJU se pretende dar un valor pedagógico a los juguetes para que el sector del juguete valenciano no se quede atrás en una carrera en la que puede jugarse buena parte de su futuro.

«Las empresas necesitan nuevas herramientas que permitan fusionar el juguete tradicional con el mundo digital, consiguiendo así un juguete actualizado, revalorizado y adaptado a los nuevos tiempos».

Para facilitar este proceso, AIJU ha desarrollado un protocolo de comunicación capaz de conectar un juguete tradicional con el mundo del videojuego, incorporando sensores y diferentes componentes electrónicos; de forma que las acciones del niño sobre el juguete físico sean captadas por estos sensores y puedan tener reacciones sobre el videojuego instalado en un dispositivo móvil, permitiendo extraer patrones de comportamiento a través del juego, así como aumentar la capacidad del sector gracias a la aplicación de nuevas tecnologías que contribuyan a mejorar el producto.

Siguiendo este primer paso para la generación de nuevos conceptos de juego, la idea de la conexión del mundo digital con el juguete tradicional pretendía enlazar con la llamada tecnología Internet de las Cosas, lo que se tradujo en la creación de una plataforma «en la nube», adaptada al sector, y que permite gestionar grandes volúmenes de información, lo que se traduce como «big data».

«Esta plataforma ofrece al fabricante la posibilidad de conocer cómo juegan los niños, de forma que pueden personalizar los juguetes e incorporarles un mayor valor pedagógico en los productos del futuro. Asimismo, en el caso de los padres, pueden conocer cómo juega su hijo con el juguete y si está aprendiendo cuando juega».

También se analiza qué tipo de juguetes existen en el mercado y qué nuevas funcionalidades incorporan, así como qué tipo de patentes hay en la actualidad.

Tras toda esta fase de análisis, AIJU se reúne con las empresas asociadas al proyecto para determinar en qué productos se puede implementar una innovación más atractiva para los usuarios.

Otro ejemplo desarrollado es emplear IA en el reconocimiento de sonidos, de forma que cuando un niño toca un instrumento, la aplicación puede analizar si se ha tocado de forma correcta o no una melodía.

¿Qué juguetes comprar?

Desde el Colegio Oficial de Psicólogos de la Comunitat Valenciana advierten de que los niños deben seguir jugando con juguetes tradicionales.

«A la hora de elaborar la carta de los Reyes Magos no hay que olvidar los juguetes cooperativos», asegura la psicóloga Montse Martínez. «Los tecnológicos no son malos, pero deben coexistir con el resto».

La elección es más importante de lo que pueda parecer a simple vista. Martínez insiste en que los juegos sirven para aprender y los juguetes tradicionales permiten la espontaneidad al juego, al mismo tiempo que favorecen la interactuación y desarrollan más la imaginación.

«Los tecnológicos son más dirigidos, a pesar de que cada vez hay consiguen mayor nivel de interactuación».

Martínez da mucho valor a los juguetes cooperativos, sobre todo a aquellos que permiten jugar a toda la familia, como pueden ser los juegos de mesa. «Los padres pueden ver cómo reaccionan ante diferentes situaciones».