Coronavirus

El día en que un partido de fútbol se convirtió en una bomba biológica

La disputa entre el Valencia y el Atalanta en Bérgamo (Italia) fue el inicio de la expansión de la covid por toda Europa

El Valencia prepara el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones ante el Atalanta
El entrenador del Valencia CF, Albert Celades, observa a sus jugadores durante el entrenamiento en la Ciudad Deportiva de PaternaManuel BruqueAgencia EFE

El 19 de febrero del año pasado, para los valencianos la covid era solo el título de una película de miedo que se rodaba en China, pero era eso, una película, que ves retransmitida por la tele o la radio. Ese día, 2.500 valencianos embarcaron, ansiosos de fútbol y diversión, en sus vuelos dirección Bérgamo (Italia) para presenciar la disputa de la competición de la Champions entre el Valencia CF y el Atalanta.

En aquel momento, nadie sospechaba que aquel acontecimiento deportivo iba a convertirse en la “tormenta perfecta” para que el virus se expandiera rápidamente por toda Europa.

A aquellas alturas de la pandemia, la covid campaba ya a sus anchas por el continente. En silencio, sin que nadie lo supiera o lo pudiese imaginar. Había tres casos diagnosticados en Italia. Poco más.

Varios días después de aquel partido, empezaron a conocerse los primeros casos en Valencia. El periodista deportivo Kike Mateu fue uno de ellos, de los primeros en la provincia. Tras él vinieron todos los demás, y empezó todo.

La subdirectora general de Epidemiología de la Conselleria de Sanidad, Hermelinda Vanaclocha, desconocida hasta aquel momento, se hizo famosa el 26 de febrero, cuando ya se habían diagnosticado algunos contagios como resultado de aquel viaje. “Nos enteramos ayer del partido de fútbol; lo siento, no me gusta el fútbol. Somos sanitarios, no tenemos por qué saber que el Valencia jugaba en ‘el Milán’”. “Es alucinante”, le replicaba un periodista.

Aquello es ya historia de la pandemia. Pero los valencianos nunca olvidaremos que aquel partido de fútbol fue la puerta de entrada al infierno.

Poco después, la noche del 10 de marzo, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba una decisión histórica: las Fallas no podían celebrarse. Casi todos los valencianos se hicieron consciente en aquel momento, de que la película de terror de Wuhan había llegado a las pantallas españolas.