Amamantando la vida

Las cinco claves del destete nocturno

Las tomas nocturnas son las últimas que se deberían retirar, ya que la lactancia facilita el sueño del bebé

Lo prometido es deuda, por consiguiente, a continuación, paso a relatar la “Lista de acciones” a considerar para conseguir “destete nocturno respetuoso lo más fácil posible”.

Antes que nada, es importante tener en cuenta que la recomendación que hace la Organización Mundial de la Salud de amamantar mínimo hasta los dos años de edad, por lo tanto, no deberíamos privar al niño/a de la leche materna antes de esta edad, aunque no siempre es fácil conseguir esta importante recomendación a la vista de cómo estamos en conciliación familiar.

Acción 1: En primer lugar, es fundamental que la madre este convencida de cuál es el objetivo que se plantea. ¿Desea realmente destetar completamente, o en cambio aspira conseguir retirar tan solo las tomas nocturnas, que dificultan su descanso?. En caso de desear un destete total, las tomas nocturnas son por lo general las últimas que debería retirar, ya que, la lactancia facilita el sueño del bebé, gracias en parte al triptófano, un aminoácido presente en la leche materna que favorece que concilie el sueño y acorta el tiempo de vigilia en los despertares nocturnos, frecuentes a esta edad, dado que, es difícil que los niños/as duerman de un tirón antes de los dos años.

En definitiva, sea cual sea el objetivo planteado, mi sugerencia es que le anuncies a tu hijo/a que es lo que va a suceder, es decir, hacerle saber antes de acostarlo a dormir lo que va a ocurrir, “Esta noche no habrá tetita, la tetita está cansada y quiere dormir… mañana por la mañana cuando salga el sol la tetita estará descansada y volverás a tomar”.

Al mismo tiempo, para que el destete nocturno sea lo menos traumático posible para el niño/a, es relevante, contar activamente con el padre u otra persona de referencia para el bebé, e insisto de nuevo, no dejar de explicárselo, “Papá hoy va a ser quien te lleve a la cama” Porque, aunque os parezca increíble el bebé entiende perfectamente lo que se le dice.

Acción 2: Es primordial trabajar en equipo, es decir, que ambas partes madre-padre estén de acuerdo, que se apoyen mutuamente y que tengan preparado cómo actuar en cada momento, evitando en lo máximo las contradicciones. Respecto a ello, es imprescindible que la madre sea tolerante con el padre en este proceso, es decir que respete su forma de actuar y acompañar al bebé, dado que, no tiene por qué coincidir con la suya. En definitiva, todas las posibles complicaciones deben de ser tenidas en cuenta y consensuadas de antemano.

Acción 3: El papel del padre es fundamental tanto para conseguir una lactancia exitosa como posteriormente en el proceso de destete. Por ello, siempre que sea posible, es mejor empezar de manera gradual, es decir, que el bebé se vaya acostumbrando primero a dormir alguna siesta con el padre. Si durante la semana no se puede por cuestiones laborales, se puede optar por empezar por los fines de semana. También se puede elegir una rutina conjunta, o sea, ambos, acostáis al bebé, para poco a poco, la mamá se va retirando hasta que sea el padre el que acabe durmiéndolo o estando cerca del niño/a, cuando reclama mamar.

La noche puede ser un momento difícil para un bebé, especialmente porque hasta ahora no ha dormido sin disponer de la teta, y no entiende por qué tiene que hacerlo sin ella. El padre puede mitigar la angustia del bebé, cuando protesta y llora reclamando teta, que es su forma de expresar que lo esta pasando mal, no de fastidiar. Si el padre lo asiste y consuela, intenta calmarlo para que se duerma sin recurrir a la teta, el niño/a poco a poco asociara la alimentación con las horas diurnas, y la noche con el descanso. Un proceso que requiere de aprender a conciliar el sueño y/o volver a dormirse de forma distinta a la que venía haciendo hasta ahora. Los aprendizajes no siempre son rápidos, es una cuestión de tiempo y paciencia paterno-maternal, ya que su tranquilidad depende en parte de no perder además de la teta vuestra presencia. Es más normal que reclame estar acompañado que no. En este punto vuelvo a insistir sobre lo crucial que es explícale: “te vas a la cama, te cuento un cuento y me quedo un ratito contigo hasta que te duermas”. El objetivo en este paso es ayudarle a dormir sin el pecho, lo cual difiere de intentar dormirle, o dejarle llorar sin atenderle.

No esperéis ningún milagro, el proceso no va a ser inmediato, y entender que es algo normal que proteste, llore y le cueste tiempo calmarse, no debéis sentiros culpables por ello, todo requiere de un tiempo de aprendizaje, y cada niño/a tiene su ritmo. Es relevante asumir que para vuestro hijo/a es un momento difícil, por lo cual es mejor hacerlo desde el acompañamiento, respondiendo a su llanto con vuestra cercanía, ofreciéndole atención y consuelo, con ello, vuestro pequeño/a, aprenderá que sus sentimientos y emociones son tenidos en cuenta. La proximidad le ayudará a crecer seguro a saber que está protegido, vuestra presencia recarga las pilas de confianza y una forma de construir poco a poco y paso a paso el desarrollo de su independencia, que tan crucial va a ser a posteriormente, para establecer un excelente patrón en sus relaciones.

Acción 4: si estabais practicando colecho, puede haber llegado el momento de que preparéis su propia cama, puede ser en una habitación aparte, pero que nadie se asuste si su hijo/a no quiere dormir en ella, también es normal que no desee dormir solo, a los padres también les gusta más estar juntos. Por lo que, una opción para que el cambio no sea tan brusco, puede ser una cama adosada junto a la vuestra. En este aspecto no hay reglas establecidas, hay padres que deciden que mamá duerma en otra habitación, incluso los hay que determinan, que la madre se vaya durante unos días de casa. En definitiva, sea cual sea el plan, lo importante es llevarlo a cabo sin crearse expectativas muy altas. Si el bebé se despierta durante la noche, es mejor que sea el padre el que acuda a atenderlo, si el consuelo del padre no da resultado, no pasa nada si acude la madre a tranquilizarlo, y cuando ya este sosegado, puede el padre volver a entrar en acción e intente dormirlo. En este punto, si lo que deseáis es interrumpir la relación entre sueño-teta, es mejor no dormirlo al pecho. Recordad que la comunicación es importante, y aunque son pequeños, entienden más de lo que pensamos, y agradecerán que se los hagas participes de este proceso, aunque ello suponga tener que repetir mil veces que, “durante la noche la teta también descansa”.

Acción 5: No poner fecha de caducidad al destete, no olvidéis que el dar dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, no significa haber fracasado. Ser perseverantes, porque el bebé no se rendirá fácilmente. No funciona el tomar estas medidas una noche, y tirar la toalla a la siguiente. Antes de ganar la guerra debemos de vencer algunas o muchas batallas, mejor ir poco a poco, armados de paciencia, tranquilidad y sosiego. El objetivo es conseguir cambiar la dinámica, y no desanimarse ni rendirse a pesar de las dificultades, aunque el llanto del niño/a alerte mamá, y esta se haya rendido y amamantado. No lo consideréis una derrota, el volver atrás es legítimo y muy habitual, mañana ya habrá tiempo de volver a explicárselo de nuevo, y que con vuestro apoyo y consuelo poco a poco lo vaya asumiendo. No dejéis por ello de intentarlo de nuevo, porque puede que mañana sea el día que funcione. Del mismo modo, tampoco debéis de cantar victoria por haber conseguido que se duerma sin su teta, ello no es una garantía de que no se despierte durante la noche llorando. Lo importante es aguantar el pulso, estar allí y consolarlo, puesto que hay una diferencia crucial entre un bebé que llora sin que nadie responda a su llanto, respecto a un bebé que llora y su padre trata de tranquilizarlo.

Finalmente una última recomendación, no iniciar un proceso tan delicado como el destete cuando el bebé se esté adaptando a un nuevo cambio, como puede ser la entrada a la escuela infantil, la incorporación de la madre al trabajo, una enfermedad infantil , etc., estas son etapas que de por sí ya suponen una modificación de su rutina, y que pueden afectar a la situación emocional del bebé, situaciones en las que es frecuente que demande mamar mucho más a menudo y nos cueste mucho más conseguir iniciar en esos momentos un destete. Una posibilidad que eligen muchos padres para iniciar el destete nocturno, es hacerlo en época vacacional, un momento en el que se dispone de mucho más tiempo y sobre todo no hay que madrugar, por lo que ante una mala noche siempre se puede dormir al día siguiente hasta más tarde o hacer una buena siesta.

En definitiva, todo tiene su tiempo y aunque a veces no lo creamos, todo llega. Basta con acompañarlos hasta que estén preparados, y tarde o temprano lo están, porque nadie colecha ni mama hasta que va a la universidad, como intentan hacernos creer algunos detractores que juzgan gratuitamente el colecho y la lactancia. Tan solo hay que tener paciencia, flexibilidad, escuchar a nuestros pequeños y hacerlo sobre todo con mucho, muchísimo amor.