Agricultura

“Tenemos más huertos que probablemente acabarán quemados”, alerta el joven valenciano que ha prendido fuego a sus cultivos

Lluis Marco y su familia han quemado sus cosechas de naranja ante la falta de rentabilidad

Imagen de los campos de naranjos ardiendo
Imagen de los campos de naranjos ardiendoLa RazónTwitter

Lluís Marco es un joven profesor valenciano que ayer publicó en sus redes sociales un vídeo en el que se veía cómo ardía un campo de naranjos que había pasada de generación en generación en su familia hasta que se han visto obligados a quemarlo ante la falta de rentabilidad. “Nos daban cuatro céntimos por kilo, y el coste de producción ronda los 30 céntimos, era una ruina”. Marco explica que este huerto, situado en Carpesa, una pedanía situada en plena huerta tradicional de Valencia, es uno de los diversos campos que posee su familia.

El año pasado su familia ya decidió quemar otro de sus campos, situado en Bétera, y Lluis explica que poseen otros huertos en esta misma localidad que seguramente tendrán el mismo final. Aunque él es profesor y no podría hacerse cargo de los campos, “si fueran rentables me los podría llevar alguien a cambio de un sueldo y no tendríamos que desprendernos de ellos”, explica.

Asegura que se trata de una decisión extremadamente complicada puesto que se trata de campos que han pasado de padres a hijos y con los que mantienen un gran vínculo emocional, pero no han tenido más remedio que desprenderse de ellos ante la crisis de precios.

Para llevar a cabo las quemas la familia de Lluis tuvo que pedir un permiso a la Policía rural, ya que en la Comunidad Valenciana están prohibidas las quemas agrícolas durante el verano.

Rendición máxima

Por su parte, el presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA), Cristóbal Aguado, aseguró ayer que “no puede haber mayor desgracia para una persona que ha dedicado su vida al campo, que tener que acabar quemándolo, es la rendición máxima”.

Aguado aseguró que “ya va siendo hora de que las autoridades se den cuenta de que el actual modelo de la PAC no sirve para la agricultura mediterránea” y se ha mostrado en contra de la “falta de reciprocidad con terceros países”. “No podemos ser la moneda de cambio, Europa se quedará sin agricultura y las tierras acabarán abandonadas y quemadas”.

“Ya va siendo hora de que hagamos todos una reflexión y nos dejemos de tanta filosofía barata”.