Opinión | A través del espejo

No digan que Les Corts Valencianes son un circo

No hay acuerdos para no "blanquear a Mazón", la reconstrucción no lo merece

El diputado del PP en Les Corts José Ramón González de Zárate, momentos antes de la discusión REMITIDA / HANDOUT por JOSÉ CUÉLLAR/CORTS VALENCIANES Fotografía remitida a medios de comunicación exclusivamente para ilustrar la noticia a la que hace referencia la imagen, y citando la procedencia de la imagen en la firma 26/03/2025
El diputado del PP en Les Corts José Ramón González de Zárate, enseña una fotografía de Pilar Bernabé y Pedro SánchezJOSÉ CUÉLLAR/CORTS VALENCIANESEuropa Press

Ni un solo día desde aquel 29 de octubre he dejado de pensar en las víctimas de la dana. Las que han perdido su vivienda, su trabajo, sus recuerdos, su negocio y lo más preciado: la vida de amigos y seres queridos. El desgarro que provoca una tragedia de estas características con 227 víctimas mortales hace obligatorio que la política autonómica haya quedado impregnada de ella.

Pero no todo vale. Y eso no significa que no sienta una aguda punzada en el estómago cuando veo recorrer por las calles de Valencia a los familiares de aquellos que ya no están.

No vale convertir Les Corts en un lugar donde reina el insulto y la descalificación. Estaría bien no confundir ambas cosas con la crítica política. A estas alturas, creo que ya ha quedado bastante claro que la oposición quiere la dimisión del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, pero mientras sigue pidiéndola por todas las vías que considere necesaria, sería muy edificante que en el Parlamento valenciano se escuchasen propuestas e incluso que se llegasen a acuerdos para acometer la mejor reconstrucción posible de la zona afectada. En la política de hoy, acordar se ha convertido en sinónimo de blanquear (a Mazón).

En la sesión de control del miércoles oí hablar de vómitos, excrecencias, payasos- en el sentido despectivo de la palabra- comparar a una ministra con un caniche o mandar a un diputado «a fer la mà».

El debate político debe ser mucho más. Aunque las redes sociales solo hiervan con este tipo de actuaciones los diputados deberían replantearse si esta es la política que hace digno su trabajo.

No llamen circo a Les Corts. Los artistas que trabajan en estos espectáculos no insultan a nadie, sorprenden con unas habilidades que rozan lo sobrenatural y nos hacen soñar. Nunca he tenido sensaciones parecidas durante una sesión plenaria.