Tradiciones

La procesión de Corpus Christi de Valencia: barroca y mediterránea

Desde hace 700 años convierte a la urbe en salones palaciegos que sirven de escenario a las principales secuencias de la Historia de la Salvación

Imagen de archivo de la procesión del Corpus, en Valencia. Habrá que esperar al menos un años para verla.
Imagen de archivo de la procesión del Corpus, en Valencia. Habrá que esperar al menos un años para verla.larazon

Es barroca, mediterránea a más no poder. Es la manera que tienen los valencianos de hacer teología eucarística, donde se reafirma la fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Y se hace así desde hace 700 años, convertidas las calles de la urbe en salones palaciegos que sirven de escenario a las principales secuencias de la Historia de la Salvación.

La procesión está llena de alegorías, signos y símbolos, que portan los más de 300 personajes bíblicos, figurantes que desfilan en este auto sacramental callejero. El símbolo afirma lo difícil de afirmar, expresa lo complicado de explicar, es la figuración del Misterio.

Signos y símbolos tienen por función ayudar a captar el misterio de la presencia real de Jesús bajo las especies de pan y vino, sub his figuris, que los sentidos visus, gustus, tactus in te fallitur, les es difícil aprehender, por lo que la fe es la que debe remplazar a los sentidos, Así lo formula Tomás de Aquino: Et, si sensu déficit, ad firmandum cor sincerum, sola fide súfficit. Con la fe es suficiente.

En Valencia hubo siempre un ingenio e interés especial, desde el punto de vista antropológico, para que se percibiera el misterio eucarístico a través de los sentidos. De ahí la murta y el incienso (olfato), las calles engalanadas, la ciudad convertida en salones y jardines de un palacio, la indumentaria de los personajes, (vista), las músicas y los cantos (oído), etcétera.

La Procesión es un kerygma, presenta a Cristo en la Eucaristía, vencedor en la lucha contra la muerte y el mal, que convierte el mal en bien y la muerte en vida. Es un itinerario mistagógico que inserta el misterio Eucarístico en la propia cultura y antropología del pueblo, un auto de fe viva de una comunidad que proclama y celebra la Eucaristía de forma solemne y exultante.

Es una Teología Narrativa de la Biblia, una Teología Popular de la Biblia, una Teología del Pueblo, que no se ha movido de su posición originaria, fuertemente bíblica, al contrario de otras Teologías que se alejaron de lo que debe ser el corazón de toda Teología: la Biblia.

La Procesión de Corpus de Valencia, en su manera popular de explicar los grandes misterios de la Biblia, ha sido pionera y avanzada desde sus orígenes del actual movimiento bíblico, partidario de vencer los reparos que dificultan el acceso del pueblo cristiano a las Sagradas Escrituras en su integridad y en su propia lengua. También fue dos siglos avanzada al Concilio de Trento en su reafirmación y fe eucarística y avanzada seis siglos a los postulados del mismo Concilio Vaticano II, en su defensa de la connotación antropológica, tener muy en cuenta al pueblo, el destinatario del mensaje de Jesús en toda evangelización.

La valenciana procesión de Corpus es comunicación entre Dios con los seres humanos, inculturizando su mensaje, instrumento al servicio de la Evangelización. Ayuda a introducir a los fieles en el conocimiento del misterio eucarístico. En ella, Jesús, se enseñorea de la ciudad, convertida en un trasunto del jardín celestial, de similar modo a como se enseñorea del pan y el vino para hacerse presente en la comunidad que la celebra.

La Procesión expresa el sentido profundo de la Iglesia, pueblo en camino, guiada y sostenida por la presencia del Señor en su caminar por los caminos del mundo. Con creces ha cumplido desde sus comienzos, y lo sigue haciendo, con la recomendación del Papa Benedicto XVI, contenida en su Exhortación Sacramentum caritatis, de “suscitar en la Iglesia nuevo impulso y fervor por la Eucaristía”.

Baltasar Bueno es periodista y doctor en Teología