¿"Boycott, "boicot”, “boicó” o “boicoteo”?
El término inglés procede de Charles Cunningham Boycott, un administrador de fincas irlandés que impuso unas condiciones de trabajo tan malas que los trabajadores se negaron a trabajar con él
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La nueva versión de “Mulan”, estrenada este fin de semana, lleva siendo criticada varios meses. El rechazo nace porque, en sus créditos finales, la cinta agradee la colaboración de agencias gubernamentales de la región china de Xinjiang, lugar donde se violaron los derechos humanos contra minorías étnicas. Esto desató una serie de comentarios con el fin de criticar la película y bajar todo lo posible su repercusión en taquilla, a través de, principalmente, redes sociales.
En Twitter, al igual que hace un año -cuando se presentó la cinta ya comenzaron a surgir las primeras críticas-, se ha vuelto a hacer viral el hashtag #BoycottMulan. Pero, analizándolo de manera lingüística, fuera de toda crítica cinematográfica o política que pretenda hacer este movimiento, ¿cuál es el término correcto en español para “boycott”?
Según la Fundación del Español Urgente (Fundeu), el término “boicot” y su sinónimo “boicoteo” serían las formas adecuadas en español para referirse a la “acción que intenta obstaculizar el desarrollo de una determinada actividad”.
Por su parte, según el diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española (RAE), la adaptación gráfica de la voz inglesa “boycott” en español sería “boicot”. Recoge, al igual que Fundeo, dicho término y “boicoteo”, explicando que el uso de éste último, derivado de “boicotear", es menos frecuente aunque igual de válido. Asimismo, rechaza la adaptación “boicó”. El Diccionario de la RAE define “boicot” como “la acción destinada a entorpecer o impedir que una persona o empresa desarrolle normalmente su actividad, a menudo como medida de presión”.
Por ejemplo, en Prensa, sería frecuente encontrar este término en oraciones como “China, el boicot a Mulán y la autocensura de Hollywood”, “Mulan: Hong Kong, Taiwán y Tailandia llaman al boicot contra la película” o “Trump, el empresario hispano y el boicoteo de las latas de frijoles”.
Por tanto, el empleo de estas palabras en los ejemplos anteriores se considera completamente válido. Además, cabe recordar que los plurales de estas voces son “boicots” y “boicoteos”.
El término inglés “boycott” procede, a su vez, de Boycott, el segundo apellido de Charles Cunningham Boycott, un administrador de fincas irlandés que impuso unas condiciones de trabajo tan malas que los arrendatarios y trabajadores rurales se negaron en bloque a trabajar con él. En 1880, se empezó a utilizar el verbo “boycotting” (cuyo equivalente es “boicotear”) para aludir a este tipo de resistencia.