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Daniel Bryan: “Es probable que esta sea mi última WrestleMania”

El luchador de WWE y líder del “YES Movement” analiza su carrera antes de pelear por el título en WrestleMania
Daniel Bryan, candidato al Campeonato Universal en WrestleMania, se midió con Roman Reigns el pasado domingo en WWE Fastlane / WWE
La Razón
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  • Matías G. Rebolledo

    Matías G. Rebolledo

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El 8 de febrero de 2016, el luchador de WWE y varias veces campeón mundial Daniel Bryan, anunciaba su retiro de la disciplina por razones médicas. Durante todo el 2015 había arrastrado varias contusiones y lesiones cervicales y se veía obligado a parar frente a una posible paralización de todo su tren inferior. Después de tocar el cielo en el evento principal de WrestleMania 30, Bryan ponía punto y final a una de las carreras más impresionantes en la historia de la lucha libre, pasando de ser un “indie darling” y luchar frente a públicos de 50 personas en un gimnasio local a coronarse como el rostro de la empresa frente a más de 75.000 aficionados.
Ni dos años habían pasado desde una de las despedidas más tristes de WWE cuando Bryan anunció su recuperación completa y un nuevo plan de operaciones innovadoras que le devolverían al lienzo infinito. Después de volver a la esfera del título un par de veces e incluso llegar a coronarse Campeón de WWE una vez más, Bryan osciló hacia la órbita del Campeonato Intercontinental y ahora, desde la experiencia de uno de los luchadores más respetados del vestuario, tiene otra oportunidad más por el título.
En la pasada madrugada del domingo al lunes, Bryan se midió con el actual campeón Universal de WWE, Roman Reigns perdiendo de forma injusta en WWE Fastlane por acción de Edge, que se marchó contrariado del recinto. Con el campeón rendido, un nuevo árbitro entró en la contienda y Reigns consiguió retener su campeonato, pero ahora Bryan parece encaminado a luchar por el título en una triple amenaza en el evento más importante del año: WrestleMania. Este año, el gran PPV de WWE se celebrará también en Florida y en dos noches, el 10 y el 11 de abril, pero esta vez ante más de 45.000 afortunados y con la presencia de celebridades como Bad Bunny.
-¿Cómo estás? ¿Cómo estás llevando esta situación tan extraña para la lucha?
-Muy bien, estoy genial. Me siento ciertamente bendecido. Tengo a una familia que me ha apoyado en todo momento en casa. Mis niños y mi mujer están sanos, así que no puedo pedir mucho más. Ella (Brie Bella) está muy emocionada con WrestleMania este año, porque van a poder hacer todo lo que no se pudo el año pasado debido a la pandemia y por fin se verá en el Hall of Fame. Además, he vuelto al evento principal de un PPV (pague-por-ver) por primera vez en más de dos años, así que estoy muy emocionado con todo lo que está ocurriendo. Es un gran momento para mí y está siendo muy divertido.
-Has llegado a pelear frente a 15 o frente a 50 personas. ¿Ha sido difícil la adaptación al ThunderDome de WWE sin público presencial?
-A mí me ha hecho hasta ilusión, como que lo deseaba un poquito. Desde que empezó la pandemia y nos dijeron que se harían los shows de esa manera, fui de los pocos a los que les gustó y les pareció interesante la idea. Luchar delante de ninguna o muy poca gente permite algo clave, y es que deja a la luz todas tus carencias sobre el ring. Ahí es donde de verdad puedes comprobar lo bueno que eres o no como luchador. Si te ves luchando en combates de este tipo, es más fácil repasar tus errores y aprender de ellos, saber en qué tienes que mejorar. Como herramienta de aprendizaje, el ThunderDome es extraordinario.
-¿Y no se echa de menos el apoyo de los aficionados?
-Cuando hay gente presente en los espectáculos, te debes a ellos y debes entretenerles por encima de todo. Cuando no hay nadie alrededor del ring, solo tienes que entretenerte a ti mismo, así que creo que es una oportunidad muy buena para conocerse a uno mismo como luchador (ríe). Me encanta. Para ser justos, luchar frente a 70.000 personas es extraordinario y no tiene sentido que lo niegue, pero a veces he echado de menos la intimidad de esos públicos más pequeños, esa intimidad única.
-¿Y eso se aplica a ámbitos más allá del “wrestling”? ¿Es Daniel Bryan una persona ajena a las masas?
-A mi esposa, Brie, le encanta ir a conciertos de rock multitudinarios, donde mires donde mires hay gente. A mí no. Mi concierto favorito fue uno de Kimya Dawson, en el que todos nos sentamos a su alrededor y ella nos iba preguntando qué canciones de las suyas nos gustaría oír. Con toda la naturalidad y con toda la cercanía posible. Me encanta ese ambiente íntimo y eso es imposible cada viernes con, mínimo, 10.000 personas esperando que las entretengas.
-Has hablado antes de que la pandemia os ha permitido evolucionar como luchadores. Uno de a los que mejor le ha sentado es a Roman Reigns, que luce más fuerte que nunca. ¿Cómo le ves?
-Me parece uno de los progresos más interesantes. Yo estaba ahí en la noche de su debut oficial, en ese combate TLC en el que junto a Kane y Ryback nos enfrentábamos a The Shield. Mi primera impresión fue “¡Vaya! Este tipo de verdad nos puede aportar cosas nuevas”. Luego verle evolucionar ha sido genial, ganando confianza poco a poco y haciendo que, si miras atrás, no te extrañe que tenga 4 eventos principales de WrestleMania a sus espaldas. En los eventos en vivo, que mucha gente no tiene en cuenta, uno ve el potencial de un luchador y te queda claro que en casos como el de Roman era cuestión de tiempo que explotase en esa grandeza. Es algo muy bonito como espectador y también como compañero. Creo que desde que volvió estamos viendo su mejor versión, no tan solo desde el punto de vista de luchador, sobre el ring, donde ha mejorado un montón, sino que se ha convertido por méritos propios en el mejor de WWE en la era ThunderDome. Muchas de las ideas que están ejecutando con él son suyas, porque ha querido aportarle un nuevo nivel de realidad y de importancia física a su “wrestling”. En Elimination Chamber, donde apenas compartimos un rato de ring, lo pude comprobar. Me reventó contra todos los sitios posibles (ríe). Es un nuevo nivel de excelencia, pero intentaré partirle la cara siempre que pueda.
-Tú has vuelto de una lesión. Roman Reigns volvió de un cáncer. Y luego está ese otro tipo que volvió desde no poder casi andar a luchar una hora de media por combate: Edge. ¿Cómo le ves? ¿Le brillan todavía los ojos?
-Por supuesto, y sigue siendo impresionante. Por ponerlo en perspectiva, uno nota que Roman (Reigns) se enciende una vez suena su música y va a salir al ring, se transforma en ese luchador imponente que vemos en pantalla. Pero con Edge es distinto, es como que no puede “apagarse”. Edge ama esta disciplina, y Roman también, pero cada uno a su manera. A todos nos quitaron esto de las manos, una de las cosas que más amábamos sobre la tierra, y de repente nos dijeron que nos lo devolvían. Los tres lo amamos por distintas razones y, por ejemplo, yo creo que Reigns es más agradecido que yo con la oportunidad, porque yo llevo haciendo esto desde antes de que a alguien le importara siquiera. Da igual el por qué lo ames, lo importante es que es complicado que nadie nos vuelva a decir que quiere separar la lucha de nuestras vidas. Esa es la historia: tres tipos a los que una vez les dijeron que no peleándose por el Main Event de WrestleMania.
-Tengo que preguntártelo. ¿Será este tu último camino a WrestleMania?
-No lo sé. Hay que ver cómo se dan las cosas... Puede ser, sí. Es muy probable que esta sea mi última WrestleMania, al menos como luchador en activo. Es una decisión complicada, pero hay un factor que desde hace tiempo me ronda la cabeza. Amo la lucha libre y ha articulado mi vida durante décadas, pero, ¿Cuánto más de mi vida estoy dispuesto a compartir con el “wrestling”? Hace un año, más o menos, antes de que explotara todo, mi hija me detuvo antes de salir por la puerta y me dijo: “Papá, porfa no te vayas”. Me rompió el corazón en mil pedazos, porque me encanta ser padre. Por otro lado, creo que nunca me retiraré oficialmente como han hecho otros compañeros, no tengo fuerzas para hacerlo de nuevo. Hace nada hablaba con Jerry Lawler y me contaba que acababa de hacer un show en Memphis para 15 personas con mascarilla y le había encantado. Quiero ser uno de esos tipos que va y viene por el amor a la disciplina. Quiero llegar a los 70 con capacidad de poder subirme a un ring, pero eso es imposible en la gran escala que exige ser un luchador de WWE a tiempo completo. Ese momento de mi vida ya pasó, hay cosas, como mis hijos, mucho más importantes.
-Y si es momento de pasar la antorcha, ¿a qué luchadores ves más preparados para ello ahora mismo?
-Es una gran pregunta porque tiene una respuesta a varios niveles. Desde un punto de vista inmediato, por cómo está preparado ya mismo, creo que Big E tiene que ser Campeón Universal en algún momento de este año. Es buenísimo, tanto en su lucha como en su personaje, e incluso como persona. Joder, ¡además es enorme! Ahora mismo, me gustaría verlo chocar contra Roman Reigns, por ejemplo, pero si yo soy campeón me encantaría enfrentarme a él de inmediato. Siendo sinceros, un Roman Reigns contra Big E por el título es hasta más interesante que contra mí, por eso quiero verlo ya. Son dos tipos impresionantes, ¡dejad que se peguen ya!
-¿Y entre los talentos de NXT?
-De los que todavía están verdes, a pesar de que solo les veo entrenar y entrenar, me llama mucho la atención gente como Pete Dunn. De vez en cuando ha hecho promos brillantes y se define como el mejor. Bueno, vamos a verlo. Veamos cómo se desenvuelve en las grandes ligas. En NXT UK también está Tyler Bate, que todavía ronda los 20 y es un tipo impresionante. Vamos allá, traigámoslo también. Me gustan muchísimo también Ángel Garza y Chad Gable, aunque a los dos les esté costando conseguir tiempo en televisión. Son dos talentos tremendos. Hay mucha gente que puede coger ese testigo, pero hay que confiar en ellos, darles la oportunidad de “cagarla”. Cuando les des la oportunidad yo creo que responderán muy bien.
-Y la última. Estamos en la noche de WrestleMania, suena tu canción y sales ahí como si nada hubiera ocurrido y los fans nunca hubieran faltado. ¿En qué piensas?
-Mi mentalidad no me lo permite. Desde que volví de la lesión, mi único objetivo en esta disciplina ha sido no crearme expectativas de lo que puede ocurrir y disfrutar más de lo que está ocurriendo. No quiero volver a hacerme esquemas mentales que se acaben derrumbando, solo quiero vivir en el momento y disfrutar, quizá por última vez, de la experiencia.