“Contra la España vaciada”: la España rural se llena de “pijoprogres”
★★★★☆
Por Jesús Ferrer
En 2016, Sergio del Molino publicaba «La España vacía», un celebrado libro que, con un registro híbrido de ensayo y narrativa, radiografiaba el éxodo del campo a la ciudad que se produjo entre las décadas de 1950 y 1970. Sin la intensidad de esos años, este fenómeno demográfico no ha cesado, y el cine, la literatura o la sociología lo han recogido con fidelidad. Es lo que se reflejó en esa obra de sobrecogedor subtítulo: «Viaje por un país que nunca fue».
En el reciente volumen «Contra la España vacía», el autor regresa a ese itinerario, revisando el impacto sociocultural que supuso en su día la exposición de tan inquietante realidad. En un acertado tono de crónica periodística, relato autorreferencial y rigurosa documentación se asedia de nuevo, actualizando datos e ideas, el efecto de esa emigración interior, acaso ahora de renovados perfiles y singulares efectos. Entre ellos, el desplazamiento inverso de huida de la ciudad al campo, con un perspicaz retrato incluido del «pijoprogre» fascinado por un medio rural arcádico que quizá no lo sea tanto.
Entre la urbe y la aldea
Destaca la construcción literaria de una rústica mitografía, como el Ampurdán de Josep Pla o la Ribera Baja valenciana de Joan Fuster, en la medida en que esa idealización refuerza un imaginario de idílica naturaleza. Sin olvidar el ocaso de la «ciudad de provincias», levítica y endogámica. Se analiza el creciente proceso, paulatino, pero imparable, del radical desequilibrio demográfico: o decrépitas aldeas despobladas o grandes urbes de empresarial iniciativa. Buena parte de esta deriva migratoria tiene sus orígenes en las durísimas condiciones de vida del ancestral campesinado, sobre el que recae, en todo país y sociedad, los efectos de la crisis económica de turno; lo que muy apropiadamente se ilustra con la novela de Steinbeck «Las uvas de la ira». En otras circunstancias, esto se ve agravado por convulsos hechos históricos en inmejorable referencia a la obra «Requiem por un campesino español», de Ramon J. Sender.
Estos y otros muchos aspectos se resuelven en una emotiva conclusión: «La comunidad llamada España sigue siendo posible, tiene mitos, ciudades y gente cómoda en sus zapatos que acepta el país legado y puede narrarlo, criticarlo y mejorarlo sin corregir su historia ni diseñar utopías de terror». Ensayo este que regresa, con renovada mirada teórica y ameno tono argumentativo, a un persistente problema contemporáneo, centrándolo en sus justas proporciones.
▲ Lo mejor
La recurrente referencia a registros culturales y literarios en apoyo de las ideas expuestas
▼ Lo peor
No existe nada especialmente destacable en un volumen que es elaborado y coherente