La 24.ª Edición del Festival de Málaga arranca sin alfombra roja, pero con más películas que nunca

Dice Petra Martínez, que habla con la serenidad que brinda medio siglo de carrera en el cine y sin rastro de ese halo que se le presupone a las grandes damas de la interpretación para desecharlo en favor de la más pura inocencia, que ella se enamoró de esto de las películas viendo a Gregory Peck luchando por la justicia en «Matar a un ruiseñor»: «Había algo ahí, en esa magia del estrado, que me hacía querer ver la película una y otra vez, en sesión continua», cuenta.

La actriz, que ha ganado celebridad gracias a su participación en una comedia televisiva pero que este verano promete robarnos el corazón en «La vida era eso», junto a Anna Castillo, será la primera homenajeada –con la Biznaga Ciudad del Paraíso– de la 24 edición del Festival de Málaga, que arranca hoy mismo en la Costa del Sol con un espíritu de renovación que sueña con dejar atrás, al menos en lo cinematográfico, el trauma que ha supuesto la pandemia para el cine en español. Ya sin sesión continua en las salas y con las plataformas digitales como jugadores clave, la nueva edición del certamen, que se celebrará hasta el 13 de junio en lo que será oficialmente la edición más grande de su historia, promete acercarnos a esas realidades más íntimas y en nuestra lengua que el año pasado, por ejemplo, nos llegó en forma de regalos como «Las niñas», «El silencio del cazador» o «La boda de Rosa».

Diez días de acción frenética

Para repetir éxito, el festival que dirige el carismático Juan Antonio Vigar ha optado, en su sección oficial de títulos, por una mezcla muy medida entre nombres de reconocido prestigio en lo patrio, como Agustí Villaronga (presenta «El vientre del mar») o Dani de la Torre («Live is life») y nuevas voces, como las de Ainhoa Rodríguez («Destello bravío») y Carol Rodríguez («Chavalas»). A ello hay que sumar la solera de Carlos Cuarón, hermano de Alfonso y que tiene en «Amalgama» una vuelta a la comedia, o el descaro de Juan Pablo Félix, que competirá con un «Karnawal» protagonizado por un referente de la interpretación como Alfredo Castro. La mezcla, que se completa con títulos esperados desde lo documental como «Fantasía», de Aitor Merino sobre su propia experiencia familiar, intentará que las mascarillas pasen a un segundo plano y podamos volver a celebrar el poder del audiovisual como es debido. Y decimos «audiovisual» y no «cine» porque el festival también apostará, sin alfombra roja, por las series, con estrenos que van desde ese «Maricón perdido» que guioniza el escritor Bob Pop hasta «Ana Tramel. El juego», con Maribel Verdú y Natalia Verbeke investigando un crimen de casa en casa de apuestas.

Los diez días de fiesta que quedan por delante, además de configurar el calendario de estrenos de lo que resta de año, serán también una prueba de esfuerzo del tejido industrial español, que ya ve en el horizonte cómo el verano traerá consigo a los superhéroes y cochazos con los que tendrán que pelear.